Personajes de la fauna colombiana 2
Continuamos con la serie de personajes que conforman nuestra “Fauna Colombiana” Esta semana veremos los perfiles psicológicos de “El morrongo” “el tuiteradicto” “la loca” “El indiferente” “La bandida” el "Yupi" el "Sabelotodo", “El taxista”
EL INDIFERENTE.
Nombre científico: Pusilanymus insapiens
Frases más usadas: “Con una marcha no se saca nada” “Esto no lo cambia nadie” “A beber y a tirar que el mundo se va a acabar” “Es mejor un mal arreglo que un buen pleito”
Tuit más común: “Qué mamera tanta quejadera, sean positivos”. “Si yo supiera que marchando cambiaba algo iba” “Como si retuitear una cadena fuera a ayudar a los secuestrados a salir de la selva”
Foto de perfil: Acostado en una hamaca.
Perfil: Es un ser cómodo por excelencia. Se mueve dentro de las leyes del importaculismo y la del menor esfuerzo. Aunque reclaman positivismo para eludir los grandes temas, los indiferentes son personas negativas y conformes.
Los filósofos los llaman pasotas. Aquellas personas que vinieron a este mundo a contar los días y verlos pasar sin el menor interés por crear o dejar huella.
Hay una ramificación de los indiferentes que apoya todas las causas desde su computadora. Sólo desde allí, porque a la hora de movilizarse no los saca de su cama ni un terremoto. Son conformes, piensan que las cosas son imposibles de cambiar y ni siquiera se toman la molestia de intentarlo. Sin darse cuenta son los responsables indirectos de la proliferación de la violencia y la corrupción que consumen al país, ya que con sus actitudes pasivas avalan y facilitan el quehacer de ladrones de cuello blanco y violentos. No reaccionan a nada. Les suben la gasolina y pagan lo que les digan. Les suben los servicios y se quejan en voz baja pero pagan. Les dicen por la red que un peaje en Colombia cuesta 6 dólares por una trocha mientras que en Estados Unidos un peaje por autopista cuesta 1 dólar y responden: Pues váyase a vivir a Estados Unidos!
Los indiferentes son los famosos pusilánimes. Los agreden, les violan los derechos, los roban, les mienten, los engañan, los utilizan y tampoco se inmutan. Al indiferente le dicen que mañana hay un terremoto y se va a jugar fútbol. Sólo se mueve cuando la tragedia lo toca a él. Entonces sale llorando por televisión, pidiendo la solidaridad de la gente y, a veces, se desespera por no sentir esa ayuda que él tanto desea y que en ocasiones tanto negó a sus semejantes. Es decir que el Indiferente sólo se mueve cuando siente en carne propia los problemas y las tragedias.
Para el indiferente somos lo que somos porque Dios así lo quiso, porque “esta vaina no la cambia nadie” porque “Es peligroso andar diciendo lo que no se debe” o, “Primero, yo, segundo yo y tercero yo, cada quién mire cómo se defiende”
Los indiferentes, desafortunadamente, son los más. Por cada 100 indiferentes, sólo hay 5, o, como máximo 10 personas que se preocupan por mejorar la sociedad, por vigilar que no se roben al país, por conquistar mejores condiciones de vida para sus hijos, e incluso para los hijos de los indiferentes.
Cuando conforman familia, los indiferentes transmiten su pusilanimidad a sus hijos. Los vuelven miedosos, les cortan las iniciativas de lucha. Les enseñan que están en una selva donde sobrevive el más fuerte y los vuelven egoístas. Jamás se toman el trabajo de hacer una obra social ni de enseñar la palabra solidaridad, entre otras cosas porque no la conocen a fondo. No quieren que sus hijos estudien carreras que los pongan en peligro o que generen controversia. Nacieron para vivir tranquilos y tranquilos mueren, aunque no saben que de todos los muertos del cementerio, serán los más fáciles y los más rápidos de olvidar.
EL MORRONGO
Nombre científico: Nadaditus de ladradoriums
Palabra más usada: “Baby” “Bebé”
Frases más usadas: “a qué horas te recojo” “Te juro que estoy diciendo la verdad” “Es sólo una amiga” “Ni siquiera me gusta” “Sería la última vieja con la que me metería” “Estás loca”
Tuit más común: “Si sigues tuiteando así de lindo me voy a enamorar”
Foto de perfil: La foto de una ballena, la de una campaña, la que sea menos una suya o una con una de sus novias oficiales.
Perfil: El morrongo es el culpable de que existan locas. Porque es un ser absolutamente engañoso, mentiroso, embaucador y polígamo.
Suele tener entre dos y quince novias, aunque sólo tres de ellas sean las oficiales. Para conseguirlas usa todo tipo de estrategias y artimañas. Desde fingir estar al borde del suicidio por su soledad, pasando por el viejo truco “soñé contigo” hasta decir piropos cursis como estos: “De qué película te escapaste” “El cielo debe estar llorando la pérdida de su angelita más linda” “Dónde estuviste metida estos últimos 20 años” “El destino movió sus fichas para que nos encontráramos” “eres la mujer que estuve esperando toda mi vida”
El morrongo es un ser muy astuto, no sé si inteligente, pero sí muy astuto. Lo de inteligente lo pongo en duda porque casi siempre se cae. Así como en la vida judicial no hay crimen perfecto, aplicada esta máxima al morrongo diríamos que: “No hay infidelidad perfecta”. Aunque sólo aplica para los morrongos porque las morrongas difícilmente se caen. Ellas construyen mentiras que convierten en verdades mientras el morrongo se olvida siempre de las mentiras que dijo. Los morrongos caen por su mala memoria, por su descuido, por olvidar los detalles y las mentiras que inventa o por creer bobas a sus novias.
El morrongo, que es la personificación del asolapado tradicional, es un cazador nato. No es su culpa. Nació polígamo pero la sociedad, la iglesia, la familia, el colegio, los prejuicios, el qué dirán la censura social, etc., hicieron de él un hombre fiel en apariencia pero un débil para luchar contra la naturaleza en la práctica. Por eso sus acciones son calculadas. No quiere quedar mal con las personas que poseen de él una imagen inmaculada. En ese sentido, el morrongo, distinto al perro, que se jacta de acumular mujeres como trofeos para sus listas privadas, buscará con paciencia sus aventuras y las concretará en silencio. Como el asesino en serie que debe celebrar sólo sus triunfos. Como a su vez sus víctimas creen lo mejor de él, el morrongo se esmerará por demostrarles que es un pendejo, cursi, inexperto que sucumbió a sus encantos irresistibles. El arma preferida del morrongo es la cara de “yo no fui”, la misma cara de “Si no me quieres creer el problema es tuyo” el mismo rostro legendario del calumniado que es capaz de llegar a la ira o a las lágrimas para salvar su honor en una discusión.
El morrongo sólo es sincero con las mujeres que no le gustan físicamente. A Ellas les dice cosas tan puras, tan transparentes y tan bellas como: “Tengo novia y la adoro” “No sería capaz de serle infiel a mi mujer” “Algún día cuando esté sólo y sin compromiso te busco porque a ti no te gustaría ser mi novia y que yo te fuera infiel”
Estas salidas tan impensables en un hombre hará que la pretendiente caiga rendida ante tan inusual espectáculo de honestidad por lo que, con toda seguridad correrá a su Facebook a escribir: “Aunque no lo crean hay hombros fieles, yo conozco uno divino. Dios te bendiga. Nunca cambies”
En cambio, cuando el morrongo le cae a una mujer que sabe que está comprometido, el morrongo le dirá que su novia es muy cansona, qué están aburridos y que la relación pende de un hilo. Que ya no se entienden y que terminarla será cuestión de días. Que no se ha ido por no hacerle daño a una persona que lo amó tanto y le entregó tantos momentos lindos.
El morrongo juega a no ser el más interesante de la manada. Siempre está a la zaga de lo que queda después de la repartición en un paseo, o de la que resulte llorando para convertirse en su paño de lágrimas. Entonces le dará cariño, le dirá que su novio es un mal hombre pero que no pierda la fe en el amor. Que aún hay hombres que aman y respetan a la vez y que aunque no lo crea, él es uno de ellos.
Al cabo del tiempo el morrongo estará saliendo con su paciente de corazón crítico y lo más probable es que la tenga por mucho tiempo, contra su voluntad, para no defraudar sus palabras. Entonces empezará a aburrirla para que la terminación sea iniciativa de su nueva novia.
Al morrongo le encantan las mujeres comprometidas, son sus preferidas. Una mujer con novio o una señora casada jamás lo llamarán en horas de la noche, tampoco le mandarán mensajes comprometedores y, si se lo encuentran por la calle con otra mujer, tampoco le harán reclamos. Por eso ama encontrar una infiel con la cual liarse. Como ellas no tienen derecho a hacerle reclamos, tratará de tener en su harem, por lo menos a dos mujeres con novio o esposa.
Cuando el morrongo caiga en desgracia, es decir, cuando sea pillado en sus fechorías cuidado, peligro: ¡Es capaz de llorar! ¡Es capaz de amenazar con suicidarse! Pero no te preocupes, le puedes decir que se mate con tranquilidad. Jamás lo hará. Su vida es demasiado deliciosa para desperdiciarla con un raticida en su estómago.
EL TUITERADICTO.
Nombre científico: Electrónicus modus vivendi
Palabras más usadas “Follow” “#FF” “Followback” “Followers” “HT” “TT”
Tuit Más común: “Hagamos TT (Trending topic) con este HT (Hashtag)” “Ya somos tendencia”
Foto de perfil: La sombra de Steve Jobs reflejada en una manzana o un afiche de la campaña de moda.
Perfil: El tuiteradicto es un zombi. No duerme, no come, no va al baño y si va, se lleva el computador o el celular. Pasa horas repasando los mismos tuits y refrescando la pantalla de inicio ávido de noticias y de comunicados de sus amigos e ídolos de la música la política, la actuación o el sarcasmo. Si tiene carro y una cuenta con datos, tuitea desde el carro y toma fotos de trancones, huecos en al vía o cosas exóticas que inmediatamente sube a la red. Reporta trancones y estados de ánimo mientras llega al trabajo o a la universidad. No dedica tiempo a sus seres queridos por andar en la caza de noticias y de seguidores. Es un ser egocentrista que está más pendiente de quienes empezaron a seguirlo que de la comida. Se preocupa más por los seguidores que perdió que por el trabajo que dejó de hacer. Pasa horas frente a su computador tratando de crear el tuit que lo saque del anonimato y cuando cree tenerlo, lo pone en su perfil y empieza a contar las retuiteadas. Por lo regular termina decepcionado al no alcanzar las +100 que todos los tuiteros anhelan.
Odia Facebook aunque tenga un par de cuentas en esa red social y llega a conocer tanto el sistema que ya sabe a qué horas poner sus mejores tuits para que más tuiteros lo lean y hasta qué temas tratar para sentirse involucrado.
Los tuiteros que no son famosos etiquetan a los famosos con la esperanza de lograr un retuit y los que son famosos juegan a tener el mayor número de seguidores con el menor número de personas a las que siguen.
Muchos roban grandes apuntes y los ponen como suyos, otros respetan el derecho de autor y entrecomillan comentarios de terceros. Tuitero que se respete apoya toda causa que considera justa y promete salir a las protestas, aunque sólo el 1% de ellos concrete su salida. Porque el día de la movilización sienten mucho dolor al dejar la red. Entonces deciden apoyar la causa desde su casa.
La dormida de un tuiteradicto tarda entre dos o tres horas en prepararse. Porque primero deciden poner el último tuit. Entonces lo piensan y lo escriben. Luego van a sus otras cuentas, porque siempre tienen varias (La seria y la de trolear a quienes le caen mal o pertenecen a equipos de fútbol o partidos políticos distintos) y se retuitean así mismos. Es muy común, también, que le den copy al tuit y corran a colgarlo en su muro de Facebook. Como en ese trabajo se les van varios minutos, consideran que ya es hora de poner un último, último tuit y lo escriben. Entonces deciden que está muy bueno como para colgarlo en Facebook y se van a ponerlo en sus muros de nuevo. Luego esperan unos minutos a ver quién les da “Me gusta”. Mientras tanto vuelven a tuiter a ver quién les ha retuiteado el último, último tuit y deciden, ahora sí, poner el último, último, último tuit. En esas se la pasan hasta que la cabeza se les dobla de sueño sobre la mesa del computador o sobre el portátil, porque muchos duermen con el computador sobre sus piernas.
Tuitero que se respete apoya su trabajo de cazar y monitorear a sus seguidores a través de aplicaciones como Favstar, socialbro, Twitcam, twuffer, este último un juguetito que le permite programar los tuits del día con la frecuencia que desee y en la cantidad que quiera.
El tuiteradicto neófito se conoce porque un lunes puede dar #FF (Follow Friend) a cualquier amigo o porque le pide a sus ídolos que los sigan cuando él ni siquiera se ha dignado seguirlos.
Los tuiteradictos son incumplidos, el síndrome del último tuit los hace perder minutos valiosos, incluso cuando el taxi está esperándolos en la puerta de la casa, incluso cuando la misma casa se está incendiando. Entonces ponen un tuit que dice “hay humo abundante en la casa #NadadeNervios”
El tuiteradicto es susceptible. A pesar de estar en una red social, qué, como su nombre lo indica es social y admite todo tipo de personas con sus disímiles apreciaciones del mundo, no está abierto a las críticas. Se baja de ánimo cuando alguien se burla de él o de su comentario y, por lo regular, opta por bloquearlo.
Quien escribe tuvo varios de estos síntomas y ahora está en tratamiento psiquiátrico.
EL TAXISTA.
Nombre científico: Varilluns Primate
Palabra más usada: “QAP”
Frases más usadas: “No voy para ese lado” “Patrón no tengo vueltas”
Tuit más común: “No se metan por la 30 está trancada, la 11 y la 7ª también”
Foto de perfil: Lavando el taxi con el agua de una quebrada
Perfil: Con el perdón de los taxistas respetuosos, que son la minoría, aquí les va a los demás, en nombre de todos los usuarios, este memorial de agravios.
El taxista es uno de los culpables del desorden y el caos en todas las ciudades. Es el símbolo del subdesarrollo y el ejemplo vivo de nuestro atraso. Primero porque es ley entre ellos no respetar las señales de tránsito o interpretarlas a su antojo, dependiendo de su afán. Por eso justifican cada uno de sus animalescos actos. Si se cruzan un semáforo es porque no venía ningún carro. Si giran en un lugar prohibido es porque les tocaba dar una vuelta muy larga. Si un taxista lleva carrera: Hace doble o triple fila en los semáforos, culebrea por entre el tráfico, gira sin poner direccionales, se pasa semáforos en Rojo, le echa el carro a los peatones que cruzan por la cebra y excede cualquier límite de velocidad. Si un taxista va sin carrera: se desplaza a la menor velocidad posible para ahorrar gasolina. Si la calle es angosta debes irte detrás hasta que aparezca la calle ancha para hacer el sobre paso o esperar hasta que recoja un pasajero. Si le llegas a pitar te va a decir: “échelo por encima”
El taxista va a donde le da la gana. Antes de quitarle el seguro a la puerta te pregunta para donde vas. Si le conviene te lleva. Si no, arranca sin decir nada. Y si tienes suerte de ser recogido, prepárate para un viaje fastidioso. Casi siempre llevan la radio a todo volumen, justo en una emisora que programa la música que más odias o, en su defecto, tendrás que aguantar el fastidioso ruido del radioteléfono que lo conecta con la operadora que no para de sonar con la voz chillona de una mujer que reparte carreras a 5 mil taxistas de la compañía. El taxista es desordenado. Nunca hace fila antes de los semáforos. Por lo regular se para sobre la cebra. En los trancones se pasa en amarillo y se para sobre el cruce, obstaculizando el paso de los que vienen cruzando. El taxista es gavillero. Si no le pagas lo que dice, si no le dejas el cambio, porque nunca tienen cambio, si le llegas a alegar por algún motivo, y lo que es peor, si lo retas a pelear, llamará a los amigos de su manada y en segundos estarás rodeado de tantos vehículos amarillos cuyos conductores bajarán con su respectiva cruceta en mano, que terminarás pidiéndole excusas, pagándole lo que le de la gana y limpiándole el vidrio con el codo.
Es charlatán. Es coqueto, te mira por el espejo retrovisor. Siempre quiere saber qué haces, si estás casada, si tienes novio y si eres infeliz con él. Cuando te vayas a bajar, si no te ha sacado el teléfono, te dará su tarjeta para que lo llames a la hora que sea sin importar a donde quieras ir.
Y si eres de malas, esto si es una minoría, el taxista es hampón y te lleva con sus amigos a dar un paseo, que ojalá resulte millonario o te jodiste. Entonces, en un semáforo se te suben dos camajanes a lado y lado por las dos puertas de atrás y lo demás es crónica judicial. Te meten al baúl o te agachan con una pistola en la cabeza y te piden las tarjetas y sus claves. Más vale que te las sepas. Luego de saquearte y ultrajarte durante dos o tres horas te dejan abandonado en el lugar más peligroso de la ciudad y te devuelven 10 mil pesos “Por si lo vuelven a atracar, patrón”
El taxista es peligroso. Cuando vayas detrás de uno de ellos conserva la distancia. Ojalá 300 o 400 metros porque si en plena marcha cualquier despistado le saca la mano haciéndole el pare, este ser de reflejos impresionantes mandará el cabrillazo a la derecha mientras frena en seco y lo más seguro es que termines arrugándole la esquina trasera izquierda del carro con el consabido problema de seguros, partes, grúas etc.
Hay Algunos que tienen el taxímetro adulterado. Por eso en los semáforos no te quedes mirando los edificios ni lo que pasa en la calle. No le quites la mirada al aparato o te harán correr 20 o 30 números en cuestión de segundos.
Tanqueando son un chiste. Primero porque nunca van solos, le tienen miedo a los señores de la manguera porque esperan a tener una carrera para ir a reaprovisionarse. “Qué pena voy a entrar un momentico a echar gas pero no me demoro” porque la mayoría usa gas. Pero cuando el carro es de gasolina, la cosa se vuelve irreal. Llenan el tanque y, para que les quepa más gasolina, ladean el carro y lo empiezan a zarandear para que la gasolina se acomode mejor y al carro le quepa más combustible. Alguien que les explique que los líquidos no se aplastan.
En favor de los taxistas debo decir que se han convertido en un gremio que colabora activamente con la policía, de hecho han protagonizado espectaculares persecuciones a bandas de delincuentes. A pesar de que renegamos tanto de ellos, hay ocasiones en las que desearíamos que apareciera un taxi desocupado, así esté conducido por el peor atarbán de la jungla. Por eso me atrevo a decir que son un mal necesario.
LA LOCA Y EL LOCO
Nombre científico: Esquizofrenium Delirium
Palabras más usadas “Contesta” “Mañé” “Guiza” “Descarado”
Frases más usadas: “!Conteste! ¿Pero por qué no contesta?” “Me borras el PIN de esa perra ya mismo” “¿Porqué me soltaste la mano, viste a alguna de tus amiguitas?” “¿Si no tienes nada qué ocultar porqué no me das tu clave de Facebook?”
Tuit más común: “A las perras les encantan los sobrados” “No es que quiera ofender a tu moza pero cuando yo digo perra, ella ladra!
Foto de perfil: Una de cuerpo entero con su vestido negro de coctel y sus botines de tacón. o un anuncio ofensivo:
Perfil: La loca es encantadora. Por lo regular es bonita y cree que su belleza le da licencia para joder. Te mira el celular, te esculca la billetera, te abre el computador, te hackea, te estudia la mirada, te contabiliza el tiempo que hay entre la oficina y el sitio de encuentro o la casa. Te pregunta para donde vas, te pregunta de donde vienes y si te quedas callado más de tres segundos te pregunta que estás pensando. Es víctima por naturaleza y cree que todo lo que dices o haces o dejas de hacer tiene como única finalidad fastidiarla, afectarla o burlarte de ella. La loca es desconfiada. Por eso agrega a tus amigos y amigas a su Facebook y les entabla conversación buscando descubrir cosas que no le has contado. La loca les tiende trampas a tus exnovias con cuentas falsas a fin de conocer si sigues saliendo con ellos o si, por lo menos, se hablan o se extrañan. Con su misma cuenta falsa trata de hacerse pasar por una hermosa mujer que quiere seducirte. Necesita estar segura, necesita saber cómo reaccionas a una invitación de una extraña. Y ay de que caigas!!! Si le dices que estás en un aeropuerto te pide una foto para saber si es cierto. Si le dices que estás con un amigo o familiar le da por saludarlo y te pide que lo comuniques. Es imposible mentirle.
Para la loca todas tus amigas y exnovias son feas, son mañé, brutas, sin estilo o son guisas. Su ego es tan grande que no admite competencia.
La loca no habla, grita. La Loca no pregunta, juzga. Llama cada 15 minutos y si te quedas sin batería prepárate a morir y a ver más tarde en la pantalla: entre 73 y 108 llamadas perdidas.
La loca manipula. Inventa enfermedades para que su pareja no salga o regrese rápido a ella. Es un ser psicológicamente muy complejo. Es tripolar. En un momento te está amando, al rato se está tratando de agredir con algún objeto contundente, más tarde se está queriendo lanzar de tu carro en movimiento porque no quisiste contestar una llamada y en la noche está pidiéndote que la lleves a cine o que te haga el amor.
La loca es excelente actriz: puede estar en la escena del apocalipsis, el final del mundo, destruyendo todo, pero si suena el timbre y es un familiar tuyo se transforma. Se peina, se alisa la ropa, abre la puerta, sonríe, pide excusas por el desorden y explica que está desbaratando el apartamento tratando de encontrar las llaves del carro que no aparecen.
Odia a los hombres, desconfía profundamente de ellos y da por descontado que será víctima de sus infidelidades. Para ella todo hombre es culpable hasta que demuestre lo contrario. La loca para oreja detrás de las puertas, escucha tus conversaciones y revisa los extractos bancarios para hacerle interventoría a tus gastos, de modo que jamás pagues una cena o un motel con tu tarjeta de crédito si no quieres morir ahorcado. Lee, una a una, las llamadas que llegan reportadas en tu factura telefónica y llama a los números que aparezcan reiteradamente para cerciorarse de que no pertenezca a una de tus amiguitas. La loca vive dándole “me gusta” a todos los apuntes feministas que encuentra en Facebook y por lo regular se aprende o escribe una lista de chistes que agreden a los hombres para sacarlos en el momento más oportuno. Del mismo modo, vive lanzando cadenas por Black Berry o Facebook tratando de concientizar a los hombres de preservar, cuidar, consentir, valorar y mil etcéteras a sus novias si no quieren que otros hagan ese trabajo por ellos.
La loca es hipócrita: saluda a sus enemigas con una gran sonrisa mientras comenta con técnica de ventrílocuo: “pobre estúpida”.
El promedio de duración del matrimonio de una loca está entre las 24 horas y los dos meses.
Cuando tiene hijos, pobres hijos, la loca es insoportable. Quiere saber quiénes son sus amigos, qué hablan, donde viven, hacerse amiga de sus padres, controlar las salidas, las llegadas (literalmente) y las relaciones amorosas de los pequeños. Suele recomendar, hacer el guiño, dar el visto bueno a las novias y novios de sus bebés y se reserva el derecho a veto. En los paseos la loca es muy singular. Vive marcando territorio a cuanto sitio llegan a comer o a divertirse y es la que maneja el dinero. El celular repicando con la loca al lado es cosa seria. Primero porque si no contestas se te vuelve un problema. Entonces tienes que contestar con el dedo puesto sobre el botón rojo, listo a colgar por si es una llamada comprometedora. Y si por casualidad es una amiga registrada y su nombre aparece en la pantalla, perdiste. Vas a escuchar algo así como: “La llamas ya mismo y le dices que no te llame más que respete que tienes novia (o esposa)… “Y quiero que pongas el alta voz porque quiero oír que dice la estúpida”. Entonces le preguntas: ¿Estás celosa? Y ella responde: ¿Celosa yo? Para nada mijito, no me conoces. Entonces le dices: Dame un beso y ella te responde: Pídaselo a esa.
Cuando estás en una junta o en alguna reunión importante de trabajo la loca llama. Y tendrás que decirle en voz alta “te amo” y si no lo quieres repetir díselo con buen volumen. Podría obligarte a decir delante del Presidente Mundial de tu compañía cosas como: “Que sí mi amor, que sí te amo” “Sí muchísimo” “Sí mi amor, eres mi vida” “Claro que estoy juicioso mi amor” “Te amo” “Que te amo!!!!”
La loca sufre de depresiones, odia el fútbol, es obsesiva con el aseo, es perfeccionista, no puede ver un cuadro ligeramente torcido porque lo nivela a ojo. Conduciendo jamás le da el paso a nadie y menos a un hombre y comprando es compulsiva. La loca no acepta que le compres algo de precio inferior a lo que te cuesten los regalos que hagas a otros miembros de tu familia. La loca es controladora, sino le das las contraseñas de tus redes sociales te termina la relación. Y en los días aquellos será un 300% más susceptible que una mujer normal. Tienes que cuidarla, consentirla, llevarle la corriente y no toser sin su permiso. Son 4, 5 o 6 días mortales, infernales. Llora, te hace sentir culpable de sus desgracias, se llena de caprichos y antojos y tendrás que abrazarla constantemente y no llevarle la contraria para que no se aflija o entre en depresión.
Si tienes hijos compite con ellos y si eres soltero compite con tus hermanos o tus padres por llevarse el mayor botín. Sufre cuando gastas dinero porque asume que es de ella. Por las buenas es adorable, consentidora, inteligente, excelente amante y buena novia y esposa. Reclama fidelidad porque suele ser fiel. Con un buen tratamiento psicológico podrías hacer de ella la mujer ideal.
El loco, por su parte, hace casi todas las mismas cosas que hace la loca pero suele ser más violento, llegando incluso a matar por celos, por sospecha o simple ira. Al loco se atribuyen muchos crímenes pasionales ya que mientras la loca mechonea a su contrincante, el loco le puede meter un tiro.
LA BANDIDA
Nombre científico: Sexoadiptus tremends
Palabra más usada: “Solteras pero jamás solas” “Casadas sí, presas no” “Volver con tu ex… Nooo.. Figurita repetida no completa el álbum”
Tuit más común: “Hasta que llegue el indicado, disfruten al equivocado”
Foto de perfil: Pasada de tragos, en grupo con sus amigos de rumba.
Perfil: La bandida es cosa seria. A diferencia de la prepago, la bandida no está con muchos hombres a la vez por dinero, sino por gusto. Les encanta el paseo, la rumba, el concierto: el problema es que para cada evento tienen un fulano en lista. El peligro de las bandidas y los bandidos es su inteligencia. Dada su infidelidad han desarrollado una habilidad que raya en la impunidad para ocultar sus crímenes. Y más te vale que no los pilles porque de seguro sus lágrimas terminarán haciéndote pedir perdón por haberla calumniado. Los bandidos son sistemáticos. En su Blackberry tienen no menos de 140 contactos y a todos les está dando el ladito mientras llega un nuevo viernes. Comenzando porque, en el caso de las bandidas, ponen fotos provocativas tipo vestido de baño y viven lanzando cadenas para que sus agregados respondan a través de caritas y emoticones, si ellas les gusta, si saldrían con ellas o si le quieren hacer el amor. Desde el jueves están cuadrando agenda. Porque son rumberas a morir. Ese día decide con quién saldrá esa noche y con quién al día siguiente. Como conoce las cualidades de cada uno de sus admiradores y amantes, establece un cronograma acorde con sus gustos e intereses. El viernes, por ejemplo, le sale al más rumbero, al que tenga el mejor carro, el que compre mejores licores en el bar, el que ande mejor vestido. El sábado va a cine en la tarde con alguien que no le gusta como para cumplir el compromiso y no perderse de algún regalito y en la noche vuelve a meter en la lista de espera al mejor bailarín. El Domingo acepta almorzar con el que tenga más cara de bobo y por la tarde noche acepta en su casa a su mejor amigo para contarle las penas del fin de semana y gorrearle una pizza a domicilio. Las bandidas y los bandidos pocas veces se enamoran y si lo hacen se ennovian y le dan 4.890 vueltas por minuto a la pobre víctima.
Cuando el pobre las llama y el celular no timbra es porque “estaba sin batería”. Si timbra varias veces es porque “Estaba dormida”. Si no contesta un viernes o un sábado en la noche es porque estaban en misa, llegó un familiar, tiene un trabajo tenaz para entregar o porque se quedó dormida. Porque a las bandidas y a los bandidos les da sueño muy temprano los viernes y los sábados. La Bandida es feliz estrenando. Cuando tiene dinero, normal pero cuando no tiene, se inventa la manera de pedir ropa prestada, ropa que por lo regular nunca devuelve. Le encantan los accesorios y por lo regular raya en la lobería al vestir porque copian la pinta de una estrella de cine entrando a un bar de Los Ángeles y eso no es lo mismo que entrar con la misma pinta a una discoteca de Melgar o de Cuadra Picha en Bogotá.
Los bandidos se saben todos los trucos para cometer infidelidad sin dejar rastro. Pero, a diferencia de los morrongos, no tienen problema en aceptar una infidelidad y en justificarla con una desfachatez adorable. Pueden reconocer sin problemas que son sexoadictos o que tienen algún problema psicológico que no quieren tratar.
Los bandidos no se detienen ante ningún obstáculo para llegar a una rumba. Si es menor de edad falsifica la cédula o la contraseña y si no tiene permiso de sus padres o de su pareja, si la tiene, esperará hasta que se duerman para escapar por una ventana o la misma puerta principal de la casa. Cuando el bandido o la bandida tienen varias citas el mismo día se vuelven ejecutivos. Te pueden decir, veámonos un ratito aunque sea o, no me acordaba de una cita médica. El bandido pobre pasa muchas dificultades para atender tantos frentes por lo que resulta convertido en el mejor cliente de las compraventas, claro, después de agotar la estrategia de pedir plata prestada a amigos, tías, hermanos mayores y lo que es peor, a sus mismas novias. No se aterren si han recibido de una bandida o de un bandido, una cena, una bailada e incluso un regalo con dinero de una de sus novias, por lo regular, una de las oficiales. La bandida o el bandido no respetan. Cuando vas con alguien que les llegue a gustar, esperan a que te vayas al baño para sacarles el teléfono y cuadrar una cita.
Los bandidos son solidarios entre sí. Yo te presento una amiga, tu me presentas un amigo y si no conseguimos a nadie nos vamos los dos. Puede pasar. El todo es hacer honor al título que con tanto esfuerzo han ganado.
Por su parte el Bandido es todo esto que dijimos de la bandida, multiplicado por tres.
EL SABELOTODO.
Palabra más usada: “Bruto” “Cuando yo venía usted iba” “cuando yo me había leído 100 libros usted no había nacido”
Tuit más común: “No discutas con ignorantes porque te descienden a su nivel de incompetencia y en ese terreno te ganan por experiencia”
Foto de perfil:
Una foto de Albert Einstein, un cohete rumbo a la luna o la foto de una enciclopedia.
Perfil: El sabelotodo es el que menos sabe de nada. Eso sí, sólo hablan cuando se pueden lucir. Porque su rol es hacer sentir a los demás que lo saben todo. Cuando no saben algo de lo que se está hablando, se excusan, se van al baño, se inventan una llamada entrante o se van del todo. Son más tercos que un expresidente y en sus casas no falta el almanaque mundial, el libro de los Guinnes Record, una colección vieja de revistas de Selecciones de Reader´s Digest y una biblioteca con dos o tres colecciones de Salvat y el diccionario de dudas de la Real Academia de la Lengua. Desde niños compran enciclopedias temáticas, biografías, juegos para aprender jugando y ahora andan afiebrados con la versión para celulares e ipads de "quien quiere ser millonario". El sabelotodo es un fastidio. Te completa los chistes cuando apenas empiezas a contarlos y cuando te quieres lucir con una anécdota, una noticia o algún dato de interés, o espera a que termines para decir: “ya sabía” o, lo que es peor, te interrumpe para corregirte. Nunca invites a un Sabelotodo a ver una película porque te hará chiflar unas cuantas veces cuando empiece a intuir qué es lo que pasa y a contarlo sin que nadie le pregunte y menos, impensable, llevarlo a una reunión de trabajo. Terminará contratado y ocupando tu puesto.
EL YUPI.
Palabra más usada: “¿Almorzamos?” “Marica a cómo está el dólar” “¿Cartagena o Miami?” “Nos vemos en Harrys” “Mejor en Andrés”
Tuit más común: “El dólar perdió 24,56 pesos hoy. Esto está tenaz, hay que diversificar la canasta de inversión”
Foto de perfil:
Otras fotos de perfil: En cualquier ciudad importante del mundo con los edificios de fondo. En la clase ejecutiva de un avión o en alguna playa de Malasia.
Perfil: El Yupi está en alza. Con el nombramiento de, Juan Carlos Pinzón, como Ministro de Defensa, han conquistado el lugar más alto entre los de su categoría, al menos en la vida pública. No hay Yupis sin corbata. No hay Yupies que no hablen con el tono de dj de emisora juvenil. Vale la pena aceptar que son una generación de jóvenes bien preparados como el Renault Clio. La mayoría son egresados de los Andes, Harvard, Oxford, London School of Economics, Stanford, La Javeriana, la Sabana, El Rosario, la U del Norte o la Pontificia Bolivariana. La mayoría tienen especializaciones en el exterior. Salen a rumbear con la camisa por dentro del pantalón, un botón de la camisa desabrochado y, por lo regular, llegan bailando a la mesa de la dama que quieren sacar a bailar. Tienen voz y mirada de conquistadores y Yupi que se respete carga un cofrecito metálico donde porta las tarjetas personales que reparte antes de cada reunión “para que la gente vaya sabiendo que no soy cualquier pintado en la pared”. Usan lociones finas. Los que tienen plata se ponen un Rolex original y los que no un Rolex chino y, jamás se les ve un domingo. Nadie sabe dónde se meten los Yupis los fines de semana porque sólo se les ve de lunes a viernes al medio día. Leen portafolio, Semana, Soho y News Week y Time en ingles. No se pierden concierto de U2, Madonna y Black Eyed Peas aunque tengan que viajar a Miami, Buenos Aires o Ciudad de México. Viajan en Ejecutiva, cuando el tiquete es pagado por la empresa para la que trabajan y prefieren morirse de hambre antes de entrar a un Mc Donalds. La mayoría de Yupis son metrosexuales. En sus maletas de viaje no pueden faltar entre 12 y 15 frascos de productos de belleza y aseo. Y para la electrónica son los reyes. Yupi que se respete ocupa la mitad de su maletín con aparatos electrónicos. Ninguna pared les alcanza para conectarlos. El Ipod, el Ipad, el Iphone, El Blackberry, la cámara fotográfica, el computador portátil, el segundo celular, etc.
Espere la próxima semana más personajes de la "Fauna Colombiana"
EL INDIFERENTE.
Nombre científico: Pusilanymus insapiens
Frases más usadas: “Con una marcha no se saca nada” “Esto no lo cambia nadie” “A beber y a tirar que el mundo se va a acabar” “Es mejor un mal arreglo que un buen pleito”
Tuit más común: “Qué mamera tanta quejadera, sean positivos”. “Si yo supiera que marchando cambiaba algo iba” “Como si retuitear una cadena fuera a ayudar a los secuestrados a salir de la selva”
Foto de perfil: Acostado en una hamaca.
Perfil: Es un ser cómodo por excelencia. Se mueve dentro de las leyes del importaculismo y la del menor esfuerzo. Aunque reclaman positivismo para eludir los grandes temas, los indiferentes son personas negativas y conformes.
Los filósofos los llaman pasotas. Aquellas personas que vinieron a este mundo a contar los días y verlos pasar sin el menor interés por crear o dejar huella.
Hay una ramificación de los indiferentes que apoya todas las causas desde su computadora. Sólo desde allí, porque a la hora de movilizarse no los saca de su cama ni un terremoto. Son conformes, piensan que las cosas son imposibles de cambiar y ni siquiera se toman la molestia de intentarlo. Sin darse cuenta son los responsables indirectos de la proliferación de la violencia y la corrupción que consumen al país, ya que con sus actitudes pasivas avalan y facilitan el quehacer de ladrones de cuello blanco y violentos. No reaccionan a nada. Les suben la gasolina y pagan lo que les digan. Les suben los servicios y se quejan en voz baja pero pagan. Les dicen por la red que un peaje en Colombia cuesta 6 dólares por una trocha mientras que en Estados Unidos un peaje por autopista cuesta 1 dólar y responden: Pues váyase a vivir a Estados Unidos!
Los indiferentes son los famosos pusilánimes. Los agreden, les violan los derechos, los roban, les mienten, los engañan, los utilizan y tampoco se inmutan. Al indiferente le dicen que mañana hay un terremoto y se va a jugar fútbol. Sólo se mueve cuando la tragedia lo toca a él. Entonces sale llorando por televisión, pidiendo la solidaridad de la gente y, a veces, se desespera por no sentir esa ayuda que él tanto desea y que en ocasiones tanto negó a sus semejantes. Es decir que el Indiferente sólo se mueve cuando siente en carne propia los problemas y las tragedias.
Para el indiferente somos lo que somos porque Dios así lo quiso, porque “esta vaina no la cambia nadie” porque “Es peligroso andar diciendo lo que no se debe” o, “Primero, yo, segundo yo y tercero yo, cada quién mire cómo se defiende”
Los indiferentes, desafortunadamente, son los más. Por cada 100 indiferentes, sólo hay 5, o, como máximo 10 personas que se preocupan por mejorar la sociedad, por vigilar que no se roben al país, por conquistar mejores condiciones de vida para sus hijos, e incluso para los hijos de los indiferentes.
Cuando conforman familia, los indiferentes transmiten su pusilanimidad a sus hijos. Los vuelven miedosos, les cortan las iniciativas de lucha. Les enseñan que están en una selva donde sobrevive el más fuerte y los vuelven egoístas. Jamás se toman el trabajo de hacer una obra social ni de enseñar la palabra solidaridad, entre otras cosas porque no la conocen a fondo. No quieren que sus hijos estudien carreras que los pongan en peligro o que generen controversia. Nacieron para vivir tranquilos y tranquilos mueren, aunque no saben que de todos los muertos del cementerio, serán los más fáciles y los más rápidos de olvidar.
EL MORRONGO
Nombre científico: Nadaditus de ladradoriums
Palabra más usada: “Baby” “Bebé”
Frases más usadas: “a qué horas te recojo” “Te juro que estoy diciendo la verdad” “Es sólo una amiga” “Ni siquiera me gusta” “Sería la última vieja con la que me metería” “Estás loca”
Tuit más común: “Si sigues tuiteando así de lindo me voy a enamorar”
Foto de perfil: La foto de una ballena, la de una campaña, la que sea menos una suya o una con una de sus novias oficiales.
Perfil: El morrongo es el culpable de que existan locas. Porque es un ser absolutamente engañoso, mentiroso, embaucador y polígamo.
Suele tener entre dos y quince novias, aunque sólo tres de ellas sean las oficiales. Para conseguirlas usa todo tipo de estrategias y artimañas. Desde fingir estar al borde del suicidio por su soledad, pasando por el viejo truco “soñé contigo” hasta decir piropos cursis como estos: “De qué película te escapaste” “El cielo debe estar llorando la pérdida de su angelita más linda” “Dónde estuviste metida estos últimos 20 años” “El destino movió sus fichas para que nos encontráramos” “eres la mujer que estuve esperando toda mi vida”
El morrongo es un ser muy astuto, no sé si inteligente, pero sí muy astuto. Lo de inteligente lo pongo en duda porque casi siempre se cae. Así como en la vida judicial no hay crimen perfecto, aplicada esta máxima al morrongo diríamos que: “No hay infidelidad perfecta”. Aunque sólo aplica para los morrongos porque las morrongas difícilmente se caen. Ellas construyen mentiras que convierten en verdades mientras el morrongo se olvida siempre de las mentiras que dijo. Los morrongos caen por su mala memoria, por su descuido, por olvidar los detalles y las mentiras que inventa o por creer bobas a sus novias.
El morrongo, que es la personificación del asolapado tradicional, es un cazador nato. No es su culpa. Nació polígamo pero la sociedad, la iglesia, la familia, el colegio, los prejuicios, el qué dirán la censura social, etc., hicieron de él un hombre fiel en apariencia pero un débil para luchar contra la naturaleza en la práctica. Por eso sus acciones son calculadas. No quiere quedar mal con las personas que poseen de él una imagen inmaculada. En ese sentido, el morrongo, distinto al perro, que se jacta de acumular mujeres como trofeos para sus listas privadas, buscará con paciencia sus aventuras y las concretará en silencio. Como el asesino en serie que debe celebrar sólo sus triunfos. Como a su vez sus víctimas creen lo mejor de él, el morrongo se esmerará por demostrarles que es un pendejo, cursi, inexperto que sucumbió a sus encantos irresistibles. El arma preferida del morrongo es la cara de “yo no fui”, la misma cara de “Si no me quieres creer el problema es tuyo” el mismo rostro legendario del calumniado que es capaz de llegar a la ira o a las lágrimas para salvar su honor en una discusión.
El morrongo sólo es sincero con las mujeres que no le gustan físicamente. A Ellas les dice cosas tan puras, tan transparentes y tan bellas como: “Tengo novia y la adoro” “No sería capaz de serle infiel a mi mujer” “Algún día cuando esté sólo y sin compromiso te busco porque a ti no te gustaría ser mi novia y que yo te fuera infiel”
Estas salidas tan impensables en un hombre hará que la pretendiente caiga rendida ante tan inusual espectáculo de honestidad por lo que, con toda seguridad correrá a su Facebook a escribir: “Aunque no lo crean hay hombros fieles, yo conozco uno divino. Dios te bendiga. Nunca cambies”
En cambio, cuando el morrongo le cae a una mujer que sabe que está comprometido, el morrongo le dirá que su novia es muy cansona, qué están aburridos y que la relación pende de un hilo. Que ya no se entienden y que terminarla será cuestión de días. Que no se ha ido por no hacerle daño a una persona que lo amó tanto y le entregó tantos momentos lindos.
El morrongo juega a no ser el más interesante de la manada. Siempre está a la zaga de lo que queda después de la repartición en un paseo, o de la que resulte llorando para convertirse en su paño de lágrimas. Entonces le dará cariño, le dirá que su novio es un mal hombre pero que no pierda la fe en el amor. Que aún hay hombres que aman y respetan a la vez y que aunque no lo crea, él es uno de ellos.
Al cabo del tiempo el morrongo estará saliendo con su paciente de corazón crítico y lo más probable es que la tenga por mucho tiempo, contra su voluntad, para no defraudar sus palabras. Entonces empezará a aburrirla para que la terminación sea iniciativa de su nueva novia.
Al morrongo le encantan las mujeres comprometidas, son sus preferidas. Una mujer con novio o una señora casada jamás lo llamarán en horas de la noche, tampoco le mandarán mensajes comprometedores y, si se lo encuentran por la calle con otra mujer, tampoco le harán reclamos. Por eso ama encontrar una infiel con la cual liarse. Como ellas no tienen derecho a hacerle reclamos, tratará de tener en su harem, por lo menos a dos mujeres con novio o esposa.
Cuando el morrongo caiga en desgracia, es decir, cuando sea pillado en sus fechorías cuidado, peligro: ¡Es capaz de llorar! ¡Es capaz de amenazar con suicidarse! Pero no te preocupes, le puedes decir que se mate con tranquilidad. Jamás lo hará. Su vida es demasiado deliciosa para desperdiciarla con un raticida en su estómago.
EL TUITERADICTO.
Nombre científico: Electrónicus modus vivendi
Palabras más usadas “Follow” “#FF” “Followback” “Followers” “HT” “TT”
Tuit Más común: “Hagamos TT (Trending topic) con este HT (Hashtag)” “Ya somos tendencia”
Foto de perfil: La sombra de Steve Jobs reflejada en una manzana o un afiche de la campaña de moda.
Perfil: El tuiteradicto es un zombi. No duerme, no come, no va al baño y si va, se lleva el computador o el celular. Pasa horas repasando los mismos tuits y refrescando la pantalla de inicio ávido de noticias y de comunicados de sus amigos e ídolos de la música la política, la actuación o el sarcasmo. Si tiene carro y una cuenta con datos, tuitea desde el carro y toma fotos de trancones, huecos en al vía o cosas exóticas que inmediatamente sube a la red. Reporta trancones y estados de ánimo mientras llega al trabajo o a la universidad. No dedica tiempo a sus seres queridos por andar en la caza de noticias y de seguidores. Es un ser egocentrista que está más pendiente de quienes empezaron a seguirlo que de la comida. Se preocupa más por los seguidores que perdió que por el trabajo que dejó de hacer. Pasa horas frente a su computador tratando de crear el tuit que lo saque del anonimato y cuando cree tenerlo, lo pone en su perfil y empieza a contar las retuiteadas. Por lo regular termina decepcionado al no alcanzar las +100 que todos los tuiteros anhelan.
Odia Facebook aunque tenga un par de cuentas en esa red social y llega a conocer tanto el sistema que ya sabe a qué horas poner sus mejores tuits para que más tuiteros lo lean y hasta qué temas tratar para sentirse involucrado.
Los tuiteros que no son famosos etiquetan a los famosos con la esperanza de lograr un retuit y los que son famosos juegan a tener el mayor número de seguidores con el menor número de personas a las que siguen.
Muchos roban grandes apuntes y los ponen como suyos, otros respetan el derecho de autor y entrecomillan comentarios de terceros. Tuitero que se respete apoya toda causa que considera justa y promete salir a las protestas, aunque sólo el 1% de ellos concrete su salida. Porque el día de la movilización sienten mucho dolor al dejar la red. Entonces deciden apoyar la causa desde su casa.
La dormida de un tuiteradicto tarda entre dos o tres horas en prepararse. Porque primero deciden poner el último tuit. Entonces lo piensan y lo escriben. Luego van a sus otras cuentas, porque siempre tienen varias (La seria y la de trolear a quienes le caen mal o pertenecen a equipos de fútbol o partidos políticos distintos) y se retuitean así mismos. Es muy común, también, que le den copy al tuit y corran a colgarlo en su muro de Facebook. Como en ese trabajo se les van varios minutos, consideran que ya es hora de poner un último, último tuit y lo escriben. Entonces deciden que está muy bueno como para colgarlo en Facebook y se van a ponerlo en sus muros de nuevo. Luego esperan unos minutos a ver quién les da “Me gusta”. Mientras tanto vuelven a tuiter a ver quién les ha retuiteado el último, último tuit y deciden, ahora sí, poner el último, último, último tuit. En esas se la pasan hasta que la cabeza se les dobla de sueño sobre la mesa del computador o sobre el portátil, porque muchos duermen con el computador sobre sus piernas.
Tuitero que se respete apoya su trabajo de cazar y monitorear a sus seguidores a través de aplicaciones como Favstar, socialbro, Twitcam, twuffer, este último un juguetito que le permite programar los tuits del día con la frecuencia que desee y en la cantidad que quiera.
El tuiteradicto neófito se conoce porque un lunes puede dar #FF (Follow Friend) a cualquier amigo o porque le pide a sus ídolos que los sigan cuando él ni siquiera se ha dignado seguirlos.
Los tuiteradictos son incumplidos, el síndrome del último tuit los hace perder minutos valiosos, incluso cuando el taxi está esperándolos en la puerta de la casa, incluso cuando la misma casa se está incendiando. Entonces ponen un tuit que dice “hay humo abundante en la casa #NadadeNervios”
El tuiteradicto es susceptible. A pesar de estar en una red social, qué, como su nombre lo indica es social y admite todo tipo de personas con sus disímiles apreciaciones del mundo, no está abierto a las críticas. Se baja de ánimo cuando alguien se burla de él o de su comentario y, por lo regular, opta por bloquearlo.
Quien escribe tuvo varios de estos síntomas y ahora está en tratamiento psiquiátrico.
EL TAXISTA.
Nombre científico: Varilluns Primate
Palabra más usada: “QAP”
Frases más usadas: “No voy para ese lado” “Patrón no tengo vueltas”
Tuit más común: “No se metan por la 30 está trancada, la 11 y la 7ª también”
Foto de perfil: Lavando el taxi con el agua de una quebrada
Perfil: Con el perdón de los taxistas respetuosos, que son la minoría, aquí les va a los demás, en nombre de todos los usuarios, este memorial de agravios.
El taxista es uno de los culpables del desorden y el caos en todas las ciudades. Es el símbolo del subdesarrollo y el ejemplo vivo de nuestro atraso. Primero porque es ley entre ellos no respetar las señales de tránsito o interpretarlas a su antojo, dependiendo de su afán. Por eso justifican cada uno de sus animalescos actos. Si se cruzan un semáforo es porque no venía ningún carro. Si giran en un lugar prohibido es porque les tocaba dar una vuelta muy larga. Si un taxista lleva carrera: Hace doble o triple fila en los semáforos, culebrea por entre el tráfico, gira sin poner direccionales, se pasa semáforos en Rojo, le echa el carro a los peatones que cruzan por la cebra y excede cualquier límite de velocidad. Si un taxista va sin carrera: se desplaza a la menor velocidad posible para ahorrar gasolina. Si la calle es angosta debes irte detrás hasta que aparezca la calle ancha para hacer el sobre paso o esperar hasta que recoja un pasajero. Si le llegas a pitar te va a decir: “échelo por encima”
El taxista va a donde le da la gana. Antes de quitarle el seguro a la puerta te pregunta para donde vas. Si le conviene te lleva. Si no, arranca sin decir nada. Y si tienes suerte de ser recogido, prepárate para un viaje fastidioso. Casi siempre llevan la radio a todo volumen, justo en una emisora que programa la música que más odias o, en su defecto, tendrás que aguantar el fastidioso ruido del radioteléfono que lo conecta con la operadora que no para de sonar con la voz chillona de una mujer que reparte carreras a 5 mil taxistas de la compañía. El taxista es desordenado. Nunca hace fila antes de los semáforos. Por lo regular se para sobre la cebra. En los trancones se pasa en amarillo y se para sobre el cruce, obstaculizando el paso de los que vienen cruzando. El taxista es gavillero. Si no le pagas lo que dice, si no le dejas el cambio, porque nunca tienen cambio, si le llegas a alegar por algún motivo, y lo que es peor, si lo retas a pelear, llamará a los amigos de su manada y en segundos estarás rodeado de tantos vehículos amarillos cuyos conductores bajarán con su respectiva cruceta en mano, que terminarás pidiéndole excusas, pagándole lo que le de la gana y limpiándole el vidrio con el codo.
Es charlatán. Es coqueto, te mira por el espejo retrovisor. Siempre quiere saber qué haces, si estás casada, si tienes novio y si eres infeliz con él. Cuando te vayas a bajar, si no te ha sacado el teléfono, te dará su tarjeta para que lo llames a la hora que sea sin importar a donde quieras ir.
Y si eres de malas, esto si es una minoría, el taxista es hampón y te lleva con sus amigos a dar un paseo, que ojalá resulte millonario o te jodiste. Entonces, en un semáforo se te suben dos camajanes a lado y lado por las dos puertas de atrás y lo demás es crónica judicial. Te meten al baúl o te agachan con una pistola en la cabeza y te piden las tarjetas y sus claves. Más vale que te las sepas. Luego de saquearte y ultrajarte durante dos o tres horas te dejan abandonado en el lugar más peligroso de la ciudad y te devuelven 10 mil pesos “Por si lo vuelven a atracar, patrón”
El taxista es peligroso. Cuando vayas detrás de uno de ellos conserva la distancia. Ojalá 300 o 400 metros porque si en plena marcha cualquier despistado le saca la mano haciéndole el pare, este ser de reflejos impresionantes mandará el cabrillazo a la derecha mientras frena en seco y lo más seguro es que termines arrugándole la esquina trasera izquierda del carro con el consabido problema de seguros, partes, grúas etc.
Hay Algunos que tienen el taxímetro adulterado. Por eso en los semáforos no te quedes mirando los edificios ni lo que pasa en la calle. No le quites la mirada al aparato o te harán correr 20 o 30 números en cuestión de segundos.
Tanqueando son un chiste. Primero porque nunca van solos, le tienen miedo a los señores de la manguera porque esperan a tener una carrera para ir a reaprovisionarse. “Qué pena voy a entrar un momentico a echar gas pero no me demoro” porque la mayoría usa gas. Pero cuando el carro es de gasolina, la cosa se vuelve irreal. Llenan el tanque y, para que les quepa más gasolina, ladean el carro y lo empiezan a zarandear para que la gasolina se acomode mejor y al carro le quepa más combustible. Alguien que les explique que los líquidos no se aplastan.
En favor de los taxistas debo decir que se han convertido en un gremio que colabora activamente con la policía, de hecho han protagonizado espectaculares persecuciones a bandas de delincuentes. A pesar de que renegamos tanto de ellos, hay ocasiones en las que desearíamos que apareciera un taxi desocupado, así esté conducido por el peor atarbán de la jungla. Por eso me atrevo a decir que son un mal necesario.
LA LOCA Y EL LOCO
Nombre científico: Esquizofrenium Delirium
Palabras más usadas “Contesta” “Mañé” “Guiza” “Descarado”
Frases más usadas: “!Conteste! ¿Pero por qué no contesta?” “Me borras el PIN de esa perra ya mismo” “¿Porqué me soltaste la mano, viste a alguna de tus amiguitas?” “¿Si no tienes nada qué ocultar porqué no me das tu clave de Facebook?”
Tuit más común: “A las perras les encantan los sobrados” “No es que quiera ofender a tu moza pero cuando yo digo perra, ella ladra!
Foto de perfil: Una de cuerpo entero con su vestido negro de coctel y sus botines de tacón. o un anuncio ofensivo:
Perfil: La loca es encantadora. Por lo regular es bonita y cree que su belleza le da licencia para joder. Te mira el celular, te esculca la billetera, te abre el computador, te hackea, te estudia la mirada, te contabiliza el tiempo que hay entre la oficina y el sitio de encuentro o la casa. Te pregunta para donde vas, te pregunta de donde vienes y si te quedas callado más de tres segundos te pregunta que estás pensando. Es víctima por naturaleza y cree que todo lo que dices o haces o dejas de hacer tiene como única finalidad fastidiarla, afectarla o burlarte de ella. La loca es desconfiada. Por eso agrega a tus amigos y amigas a su Facebook y les entabla conversación buscando descubrir cosas que no le has contado. La loca les tiende trampas a tus exnovias con cuentas falsas a fin de conocer si sigues saliendo con ellos o si, por lo menos, se hablan o se extrañan. Con su misma cuenta falsa trata de hacerse pasar por una hermosa mujer que quiere seducirte. Necesita estar segura, necesita saber cómo reaccionas a una invitación de una extraña. Y ay de que caigas!!! Si le dices que estás en un aeropuerto te pide una foto para saber si es cierto. Si le dices que estás con un amigo o familiar le da por saludarlo y te pide que lo comuniques. Es imposible mentirle.
Para la loca todas tus amigas y exnovias son feas, son mañé, brutas, sin estilo o son guisas. Su ego es tan grande que no admite competencia.
La loca no habla, grita. La Loca no pregunta, juzga. Llama cada 15 minutos y si te quedas sin batería prepárate a morir y a ver más tarde en la pantalla: entre 73 y 108 llamadas perdidas.
La loca manipula. Inventa enfermedades para que su pareja no salga o regrese rápido a ella. Es un ser psicológicamente muy complejo. Es tripolar. En un momento te está amando, al rato se está tratando de agredir con algún objeto contundente, más tarde se está queriendo lanzar de tu carro en movimiento porque no quisiste contestar una llamada y en la noche está pidiéndote que la lleves a cine o que te haga el amor.
La loca es excelente actriz: puede estar en la escena del apocalipsis, el final del mundo, destruyendo todo, pero si suena el timbre y es un familiar tuyo se transforma. Se peina, se alisa la ropa, abre la puerta, sonríe, pide excusas por el desorden y explica que está desbaratando el apartamento tratando de encontrar las llaves del carro que no aparecen.
Odia a los hombres, desconfía profundamente de ellos y da por descontado que será víctima de sus infidelidades. Para ella todo hombre es culpable hasta que demuestre lo contrario. La loca para oreja detrás de las puertas, escucha tus conversaciones y revisa los extractos bancarios para hacerle interventoría a tus gastos, de modo que jamás pagues una cena o un motel con tu tarjeta de crédito si no quieres morir ahorcado. Lee, una a una, las llamadas que llegan reportadas en tu factura telefónica y llama a los números que aparezcan reiteradamente para cerciorarse de que no pertenezca a una de tus amiguitas. La loca vive dándole “me gusta” a todos los apuntes feministas que encuentra en Facebook y por lo regular se aprende o escribe una lista de chistes que agreden a los hombres para sacarlos en el momento más oportuno. Del mismo modo, vive lanzando cadenas por Black Berry o Facebook tratando de concientizar a los hombres de preservar, cuidar, consentir, valorar y mil etcéteras a sus novias si no quieren que otros hagan ese trabajo por ellos.
La loca es hipócrita: saluda a sus enemigas con una gran sonrisa mientras comenta con técnica de ventrílocuo: “pobre estúpida”.
El promedio de duración del matrimonio de una loca está entre las 24 horas y los dos meses.
Cuando tiene hijos, pobres hijos, la loca es insoportable. Quiere saber quiénes son sus amigos, qué hablan, donde viven, hacerse amiga de sus padres, controlar las salidas, las llegadas (literalmente) y las relaciones amorosas de los pequeños. Suele recomendar, hacer el guiño, dar el visto bueno a las novias y novios de sus bebés y se reserva el derecho a veto. En los paseos la loca es muy singular. Vive marcando territorio a cuanto sitio llegan a comer o a divertirse y es la que maneja el dinero. El celular repicando con la loca al lado es cosa seria. Primero porque si no contestas se te vuelve un problema. Entonces tienes que contestar con el dedo puesto sobre el botón rojo, listo a colgar por si es una llamada comprometedora. Y si por casualidad es una amiga registrada y su nombre aparece en la pantalla, perdiste. Vas a escuchar algo así como: “La llamas ya mismo y le dices que no te llame más que respete que tienes novia (o esposa)… “Y quiero que pongas el alta voz porque quiero oír que dice la estúpida”. Entonces le preguntas: ¿Estás celosa? Y ella responde: ¿Celosa yo? Para nada mijito, no me conoces. Entonces le dices: Dame un beso y ella te responde: Pídaselo a esa.
Cuando estás en una junta o en alguna reunión importante de trabajo la loca llama. Y tendrás que decirle en voz alta “te amo” y si no lo quieres repetir díselo con buen volumen. Podría obligarte a decir delante del Presidente Mundial de tu compañía cosas como: “Que sí mi amor, que sí te amo” “Sí muchísimo” “Sí mi amor, eres mi vida” “Claro que estoy juicioso mi amor” “Te amo” “Que te amo!!!!”
La loca sufre de depresiones, odia el fútbol, es obsesiva con el aseo, es perfeccionista, no puede ver un cuadro ligeramente torcido porque lo nivela a ojo. Conduciendo jamás le da el paso a nadie y menos a un hombre y comprando es compulsiva. La loca no acepta que le compres algo de precio inferior a lo que te cuesten los regalos que hagas a otros miembros de tu familia. La loca es controladora, sino le das las contraseñas de tus redes sociales te termina la relación. Y en los días aquellos será un 300% más susceptible que una mujer normal. Tienes que cuidarla, consentirla, llevarle la corriente y no toser sin su permiso. Son 4, 5 o 6 días mortales, infernales. Llora, te hace sentir culpable de sus desgracias, se llena de caprichos y antojos y tendrás que abrazarla constantemente y no llevarle la contraria para que no se aflija o entre en depresión.
Si tienes hijos compite con ellos y si eres soltero compite con tus hermanos o tus padres por llevarse el mayor botín. Sufre cuando gastas dinero porque asume que es de ella. Por las buenas es adorable, consentidora, inteligente, excelente amante y buena novia y esposa. Reclama fidelidad porque suele ser fiel. Con un buen tratamiento psicológico podrías hacer de ella la mujer ideal.
El loco, por su parte, hace casi todas las mismas cosas que hace la loca pero suele ser más violento, llegando incluso a matar por celos, por sospecha o simple ira. Al loco se atribuyen muchos crímenes pasionales ya que mientras la loca mechonea a su contrincante, el loco le puede meter un tiro.
LA BANDIDA
Nombre científico: Sexoadiptus tremends
Palabra más usada: “Solteras pero jamás solas” “Casadas sí, presas no” “Volver con tu ex… Nooo.. Figurita repetida no completa el álbum”
Tuit más común: “Hasta que llegue el indicado, disfruten al equivocado”
Foto de perfil: Pasada de tragos, en grupo con sus amigos de rumba.
Perfil: La bandida es cosa seria. A diferencia de la prepago, la bandida no está con muchos hombres a la vez por dinero, sino por gusto. Les encanta el paseo, la rumba, el concierto: el problema es que para cada evento tienen un fulano en lista. El peligro de las bandidas y los bandidos es su inteligencia. Dada su infidelidad han desarrollado una habilidad que raya en la impunidad para ocultar sus crímenes. Y más te vale que no los pilles porque de seguro sus lágrimas terminarán haciéndote pedir perdón por haberla calumniado. Los bandidos son sistemáticos. En su Blackberry tienen no menos de 140 contactos y a todos les está dando el ladito mientras llega un nuevo viernes. Comenzando porque, en el caso de las bandidas, ponen fotos provocativas tipo vestido de baño y viven lanzando cadenas para que sus agregados respondan a través de caritas y emoticones, si ellas les gusta, si saldrían con ellas o si le quieren hacer el amor. Desde el jueves están cuadrando agenda. Porque son rumberas a morir. Ese día decide con quién saldrá esa noche y con quién al día siguiente. Como conoce las cualidades de cada uno de sus admiradores y amantes, establece un cronograma acorde con sus gustos e intereses. El viernes, por ejemplo, le sale al más rumbero, al que tenga el mejor carro, el que compre mejores licores en el bar, el que ande mejor vestido. El sábado va a cine en la tarde con alguien que no le gusta como para cumplir el compromiso y no perderse de algún regalito y en la noche vuelve a meter en la lista de espera al mejor bailarín. El Domingo acepta almorzar con el que tenga más cara de bobo y por la tarde noche acepta en su casa a su mejor amigo para contarle las penas del fin de semana y gorrearle una pizza a domicilio. Las bandidas y los bandidos pocas veces se enamoran y si lo hacen se ennovian y le dan 4.890 vueltas por minuto a la pobre víctima.
Cuando el pobre las llama y el celular no timbra es porque “estaba sin batería”. Si timbra varias veces es porque “Estaba dormida”. Si no contesta un viernes o un sábado en la noche es porque estaban en misa, llegó un familiar, tiene un trabajo tenaz para entregar o porque se quedó dormida. Porque a las bandidas y a los bandidos les da sueño muy temprano los viernes y los sábados. La Bandida es feliz estrenando. Cuando tiene dinero, normal pero cuando no tiene, se inventa la manera de pedir ropa prestada, ropa que por lo regular nunca devuelve. Le encantan los accesorios y por lo regular raya en la lobería al vestir porque copian la pinta de una estrella de cine entrando a un bar de Los Ángeles y eso no es lo mismo que entrar con la misma pinta a una discoteca de Melgar o de Cuadra Picha en Bogotá.
Los bandidos se saben todos los trucos para cometer infidelidad sin dejar rastro. Pero, a diferencia de los morrongos, no tienen problema en aceptar una infidelidad y en justificarla con una desfachatez adorable. Pueden reconocer sin problemas que son sexoadictos o que tienen algún problema psicológico que no quieren tratar.
Los bandidos no se detienen ante ningún obstáculo para llegar a una rumba. Si es menor de edad falsifica la cédula o la contraseña y si no tiene permiso de sus padres o de su pareja, si la tiene, esperará hasta que se duerman para escapar por una ventana o la misma puerta principal de la casa. Cuando el bandido o la bandida tienen varias citas el mismo día se vuelven ejecutivos. Te pueden decir, veámonos un ratito aunque sea o, no me acordaba de una cita médica. El bandido pobre pasa muchas dificultades para atender tantos frentes por lo que resulta convertido en el mejor cliente de las compraventas, claro, después de agotar la estrategia de pedir plata prestada a amigos, tías, hermanos mayores y lo que es peor, a sus mismas novias. No se aterren si han recibido de una bandida o de un bandido, una cena, una bailada e incluso un regalo con dinero de una de sus novias, por lo regular, una de las oficiales. La bandida o el bandido no respetan. Cuando vas con alguien que les llegue a gustar, esperan a que te vayas al baño para sacarles el teléfono y cuadrar una cita.
Los bandidos son solidarios entre sí. Yo te presento una amiga, tu me presentas un amigo y si no conseguimos a nadie nos vamos los dos. Puede pasar. El todo es hacer honor al título que con tanto esfuerzo han ganado.
Por su parte el Bandido es todo esto que dijimos de la bandida, multiplicado por tres.
EL SABELOTODO.
Palabra más usada: “Bruto” “Cuando yo venía usted iba” “cuando yo me había leído 100 libros usted no había nacido”
Tuit más común: “No discutas con ignorantes porque te descienden a su nivel de incompetencia y en ese terreno te ganan por experiencia”
Foto de perfil:
Una foto de Albert Einstein, un cohete rumbo a la luna o la foto de una enciclopedia.
Perfil: El sabelotodo es el que menos sabe de nada. Eso sí, sólo hablan cuando se pueden lucir. Porque su rol es hacer sentir a los demás que lo saben todo. Cuando no saben algo de lo que se está hablando, se excusan, se van al baño, se inventan una llamada entrante o se van del todo. Son más tercos que un expresidente y en sus casas no falta el almanaque mundial, el libro de los Guinnes Record, una colección vieja de revistas de Selecciones de Reader´s Digest y una biblioteca con dos o tres colecciones de Salvat y el diccionario de dudas de la Real Academia de la Lengua. Desde niños compran enciclopedias temáticas, biografías, juegos para aprender jugando y ahora andan afiebrados con la versión para celulares e ipads de "quien quiere ser millonario". El sabelotodo es un fastidio. Te completa los chistes cuando apenas empiezas a contarlos y cuando te quieres lucir con una anécdota, una noticia o algún dato de interés, o espera a que termines para decir: “ya sabía” o, lo que es peor, te interrumpe para corregirte. Nunca invites a un Sabelotodo a ver una película porque te hará chiflar unas cuantas veces cuando empiece a intuir qué es lo que pasa y a contarlo sin que nadie le pregunte y menos, impensable, llevarlo a una reunión de trabajo. Terminará contratado y ocupando tu puesto.
EL YUPI.
Palabra más usada: “¿Almorzamos?” “Marica a cómo está el dólar” “¿Cartagena o Miami?” “Nos vemos en Harrys” “Mejor en Andrés”
Tuit más común: “El dólar perdió 24,56 pesos hoy. Esto está tenaz, hay que diversificar la canasta de inversión”
Foto de perfil:
Otras fotos de perfil: En cualquier ciudad importante del mundo con los edificios de fondo. En la clase ejecutiva de un avión o en alguna playa de Malasia.
Perfil: El Yupi está en alza. Con el nombramiento de, Juan Carlos Pinzón, como Ministro de Defensa, han conquistado el lugar más alto entre los de su categoría, al menos en la vida pública. No hay Yupis sin corbata. No hay Yupies que no hablen con el tono de dj de emisora juvenil. Vale la pena aceptar que son una generación de jóvenes bien preparados como el Renault Clio. La mayoría son egresados de los Andes, Harvard, Oxford, London School of Economics, Stanford, La Javeriana, la Sabana, El Rosario, la U del Norte o la Pontificia Bolivariana. La mayoría tienen especializaciones en el exterior. Salen a rumbear con la camisa por dentro del pantalón, un botón de la camisa desabrochado y, por lo regular, llegan bailando a la mesa de la dama que quieren sacar a bailar. Tienen voz y mirada de conquistadores y Yupi que se respete carga un cofrecito metálico donde porta las tarjetas personales que reparte antes de cada reunión “para que la gente vaya sabiendo que no soy cualquier pintado en la pared”. Usan lociones finas. Los que tienen plata se ponen un Rolex original y los que no un Rolex chino y, jamás se les ve un domingo. Nadie sabe dónde se meten los Yupis los fines de semana porque sólo se les ve de lunes a viernes al medio día. Leen portafolio, Semana, Soho y News Week y Time en ingles. No se pierden concierto de U2, Madonna y Black Eyed Peas aunque tengan que viajar a Miami, Buenos Aires o Ciudad de México. Viajan en Ejecutiva, cuando el tiquete es pagado por la empresa para la que trabajan y prefieren morirse de hambre antes de entrar a un Mc Donalds. La mayoría de Yupis son metrosexuales. En sus maletas de viaje no pueden faltar entre 12 y 15 frascos de productos de belleza y aseo. Y para la electrónica son los reyes. Yupi que se respete ocupa la mitad de su maletín con aparatos electrónicos. Ninguna pared les alcanza para conectarlos. El Ipod, el Ipad, el Iphone, El Blackberry, la cámara fotográfica, el computador portátil, el segundo celular, etc.
Espere la próxima semana más personajes de la "Fauna Colombiana"
Buenos días,
ResponderEliminarGustavo, a dónde podemos escribirle?
Gracias!
Hola señor Gustavo me gustaría poder interactuar más con usted...donde le puedo escribir? Att: Aura
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