CARTA A UN INDIFERENTE
Amigo,
amiga indiferente, se aproximan una nuevas elecciones en las que los
colombianos decidiremos quienes integran el Congreso que hará las leyes y el Presidente que nos gobernará por otros cuatro años, quizás seis, si prospera un proyecto de Santos para comprar la voluntad de alcaldes y gobernadores ampliando el periodo a toda la rama ejecutiva en dos años más.
Como siempre, apenas la tercera parte de los habitantes de este país, motivados por distintos intereses, algunos altruistas y otros oscuros, acudiremos a las urnas a ejercer nuestro derecho al voto.
Sabemos que no es su costumbre votar y participar en las grandes decisiones del país, su país. Ese día usted, que pertenece a la otra mitad de Colombia, quizá tenga cosas más importantes que hacer, como el asado familiar, el partido de fútbol, la ida a cine con su pareja, la ciclovía, alzar pesas, ir de paseo, a piscina, quedarse en casa viendo TV e incluso salir a tomarse unas cervecitas mientras la otra mitad decide por usted y mientras los corruptos envilecen a muchos compatriotas que no tuvieron la fortuna de estudiar o amasar cultura.
No sé si sepa que muchos líderes han sido asesinados por salvarlos a ustedes y a sus familias de la debacle total. Si no fuera por vidas valiosas como las de Jorge Eliécer Gaitán, Jaime Pardo, José Antequera, Rodrigo Lara, Luis Carlos Galán, Bernardo Jaramillo, Carlos Pizarro, Enrique Low Murtra, Carlos Mauro Hoyos, Álvaro Gómez, Jaime Garzón, entre muchos otros igual de importantes pero más anónimos, tal vez estuviéramos viviendo las peores páginas de nuestra historia. Sin embargo, la sangre de estos compatriotas no ha sido suficiente para detener el ímpetu y la ambición de las mafias que se han enquistado cíclicamente en el poder. ¿Sabe por qué? Porque a usted le han valido un bledo estas vidas y sigue ignorando la lucha y los llamados de estos valientes. A lo mejor, manipulado por los medios, trató mal a alguno de ellos y trató de loco a otros cuántos.
El mismo día en que asesinaron a estas personas que luchaban por dejarle un país digno, muchos de ustedes escucharon la noticia y a renglón seguido, sin dárseles nada, continuaron pasando por la vida casi sin inmutarse. Un amigo mío me cuenta que estaba en una discoteca, la noche del 18 de agosto de 1989 cuando asesinaron a Galán. Recuerda que ante la noticia del magnicidio, el DJ interrumpió la música. Se aterra porque pocos se lamentaron, pero en cambio muchos se amotinaron pidiendo con gritos ebrios que se reanudará la fiesta o que les devolvieran el dinero. ¿De dónde sacan tanta indolencia?
Una total infamia. Infamia que se repite cada vez que se avecina un proceso electoral del que ustedes se marginan. Como si el país le perteneciera solo a esos locos que día a día, desde el periodismo, las ONG o la misma sociedad civil luchan contra la corrupción haciendo denuncias, saliendo a las calles con pancartas o registrando su indignación en las redes sociales. No. Este país es de todos. No es solo de quienes se lo roban y lo explotan. No es solo de quienes tienen dinero para recorrerlo. Este país es de todos y especialmente de ustedes. Entonces por qué no luchar de la mano para hacerlo posible, vivible, digno, respetable, pacífico, honesto, armónico. Al fin y al cabo todos nos vamos, los corruptos con su mala reputación, ustedes con su indiferencia y nosotros con nuestras utopías, pero se quedan los hijos, disfrutándolo o sufriéndolo, según lo que hagamos nosotros en esta vida.
Indiferentes, nos cansamos de que ustedes decidan por nosotros. Nos cansamos de que en medio de su pereza ustedes nos elijan presidentes y congresistas corruptos. Porque la politiquería se beneficia de las bajas votaciones y ustedes les hacen la vida posible y fácil a los compradores de conciencias, explotadores de la fe y la ignorancia de muchos compatriotas que venden sus votos.
Por eso, tienen dos caminos. O participan y se apersonan de sus responsabilidades para con sus familias, la patria que los vio nacer y para consigo mismos, o nos enseñan a todos, cómo hacen para ver saquear y violentar su país, el país de sus hijos, sin mover un dedo para evitarlo, sin hacer nada para impedirlo. Enseñen cómo se llega a ese estado de pusilanimidad, a ver si los demás aprendemos, nos dedicamos a vivir ese falso bienestar del que ustedes gozan y les entregamos definitivamente, el país a los bandidos que lo manejan. Que se lo acaben de tragar, que se lo engullan en compañía de los narcos, contratistas, cacaos y multinacionales que financian sus campañas. Enseñen cómo se puede vivir observando que a la madre (patria) la están violando sin que esto produzca alguna pequeña reacción de indignación. Dígannos cómo se puede vivir en la oscuridad a sabiendas de que alguien les mete la mano en la nevera, luego en los bolsillos, después en la boca y por último en el ano, sin que este vejamen los haga saltar de la ira. Den pedagogía sobre pasividad en medio de tormentas. Ilústrennos sobre cómo sonreír en un gimnasio o cómo bailan reggaetón tranquilos mientras unos pocos se roban el dinero de la educación de nuestros niños y nuestras niñas.
¿Cómo disfrutan un concierto mientras sus hermanos son destrozados con bombas o mientras los dueños del poder se reparten el dinero de los hospitales?
¿Cómo hacen carajo?
¿De qué están hechos?
¿Qué les corre por esas venas?
¿Sangre o cerveza?
Llamado urgente para que salgan del letargo. Despierten, ayuden a construir este país, pongan su parte, como la ponemos los demás, participen en la toma de decisiones. No tienen que dejar de hacer nada de lo que normalmente hacen. Solo tienen que sacrificar un par de horas de un domingo de cada cuatro años, es decir uno de 208 domingos, y acudir con decisión e inteligencia a cumplir esa cita con la democracia que mala o buena nos permite opinar. No voy a sugerirles por quien votar. Voten por lo que crean, si tienen dudas apelen a sus convicciones. Voten por alguien que les genere confianza y que respalde sus propuestas con una hoja de vida limpia y de servicio. Y si no creen en nadie, pues voten en blanco, pero voten. El todo es que voten. Esa conquista le costó mucha sangre a muchos pueblos. Muchos aún no tienen la posibilidad de elegir a sus gobernantes y legisladores. Nosotros que la tenemos no la podemos desperdiciar.
Este es un llamado urgente para que asuman su parte de país que les corresponde. Ustedes tienen hijos, tendrán nietos y tienen la responsabilidad de dejarles un país digno, libre, justo. Ellos son nuestros jueces naturales y tendrán que sentirse orgullosos o avergonzados de lo que hagamos ahora.
Indiferentes, Dios quiera que nunca los toquen los problemas y las tragedias de nuestro nación, pero en la medida en que se mantengan alejados de las grandes decisiones, ese país que ahora ignoran, les puede cobrar por ventanilla su desidia. Esos pobres explotados en su hambre por los políticos y que no encuentran salida, un día van a desesperar y la vida los puede poner llenos de rabia y desesperanza en la misma ruta de sus vidas y sus propiedades. De hecho ya está pasando. ¿Cuántos de ustedes no han sido tocados por una tragedia que hubieran podido evitar?
¿Entonces por qué no incidir? ¿Por qué no cumplirle al país y a la democracia?¿Por qué no asumir su rol en la sociedad?¿Por qué no luchar por la educación de esos ignorantes que la injusticia social empuja a la violencia?¿Por qué no poner su creatividad y sus energías al servicio de la solución de los problemas del país?¿Por qué no interesarse en los problemas que vive el familiar, el vecino, su paisano o su compatriota? ¡Hágalo! No tiene nada qué perder, pero sí mucho que ganar.
Amigos y amigas indiferentes, de su despertar depende que avancemos hacia una democracia real, una democracia donde manden las mayorías. Una democracia que castigue al deshonesto y premie al honrado. Algún día impondrán el voto obligatorio y tendrán que votar, a las malas o a las buenas. Qué bello sería que lo hicieran por convicción y no porque una ley se los exige. Piénsenlo. En sus manos está buena parte de la solución. Con su voto el 25 de mayo, podemos derrotar la corrupción que se enquistó en el poder hace siglos y que cada día crece más. Indiferentes, no nos dejen a merced de esos pocos compradores de votos y de conciencias. Apóyenos en esta lucha.
Como siempre, apenas la tercera parte de los habitantes de este país, motivados por distintos intereses, algunos altruistas y otros oscuros, acudiremos a las urnas a ejercer nuestro derecho al voto.
Sabemos que no es su costumbre votar y participar en las grandes decisiones del país, su país. Ese día usted, que pertenece a la otra mitad de Colombia, quizá tenga cosas más importantes que hacer, como el asado familiar, el partido de fútbol, la ida a cine con su pareja, la ciclovía, alzar pesas, ir de paseo, a piscina, quedarse en casa viendo TV e incluso salir a tomarse unas cervecitas mientras la otra mitad decide por usted y mientras los corruptos envilecen a muchos compatriotas que no tuvieron la fortuna de estudiar o amasar cultura.
No sé si sepa que muchos líderes han sido asesinados por salvarlos a ustedes y a sus familias de la debacle total. Si no fuera por vidas valiosas como las de Jorge Eliécer Gaitán, Jaime Pardo, José Antequera, Rodrigo Lara, Luis Carlos Galán, Bernardo Jaramillo, Carlos Pizarro, Enrique Low Murtra, Carlos Mauro Hoyos, Álvaro Gómez, Jaime Garzón, entre muchos otros igual de importantes pero más anónimos, tal vez estuviéramos viviendo las peores páginas de nuestra historia. Sin embargo, la sangre de estos compatriotas no ha sido suficiente para detener el ímpetu y la ambición de las mafias que se han enquistado cíclicamente en el poder. ¿Sabe por qué? Porque a usted le han valido un bledo estas vidas y sigue ignorando la lucha y los llamados de estos valientes. A lo mejor, manipulado por los medios, trató mal a alguno de ellos y trató de loco a otros cuántos.
El mismo día en que asesinaron a estas personas que luchaban por dejarle un país digno, muchos de ustedes escucharon la noticia y a renglón seguido, sin dárseles nada, continuaron pasando por la vida casi sin inmutarse. Un amigo mío me cuenta que estaba en una discoteca, la noche del 18 de agosto de 1989 cuando asesinaron a Galán. Recuerda que ante la noticia del magnicidio, el DJ interrumpió la música. Se aterra porque pocos se lamentaron, pero en cambio muchos se amotinaron pidiendo con gritos ebrios que se reanudará la fiesta o que les devolvieran el dinero. ¿De dónde sacan tanta indolencia?
Una total infamia. Infamia que se repite cada vez que se avecina un proceso electoral del que ustedes se marginan. Como si el país le perteneciera solo a esos locos que día a día, desde el periodismo, las ONG o la misma sociedad civil luchan contra la corrupción haciendo denuncias, saliendo a las calles con pancartas o registrando su indignación en las redes sociales. No. Este país es de todos. No es solo de quienes se lo roban y lo explotan. No es solo de quienes tienen dinero para recorrerlo. Este país es de todos y especialmente de ustedes. Entonces por qué no luchar de la mano para hacerlo posible, vivible, digno, respetable, pacífico, honesto, armónico. Al fin y al cabo todos nos vamos, los corruptos con su mala reputación, ustedes con su indiferencia y nosotros con nuestras utopías, pero se quedan los hijos, disfrutándolo o sufriéndolo, según lo que hagamos nosotros en esta vida.
Indiferentes, nos cansamos de que ustedes decidan por nosotros. Nos cansamos de que en medio de su pereza ustedes nos elijan presidentes y congresistas corruptos. Porque la politiquería se beneficia de las bajas votaciones y ustedes les hacen la vida posible y fácil a los compradores de conciencias, explotadores de la fe y la ignorancia de muchos compatriotas que venden sus votos.
Por eso, tienen dos caminos. O participan y se apersonan de sus responsabilidades para con sus familias, la patria que los vio nacer y para consigo mismos, o nos enseñan a todos, cómo hacen para ver saquear y violentar su país, el país de sus hijos, sin mover un dedo para evitarlo, sin hacer nada para impedirlo. Enseñen cómo se llega a ese estado de pusilanimidad, a ver si los demás aprendemos, nos dedicamos a vivir ese falso bienestar del que ustedes gozan y les entregamos definitivamente, el país a los bandidos que lo manejan. Que se lo acaben de tragar, que se lo engullan en compañía de los narcos, contratistas, cacaos y multinacionales que financian sus campañas. Enseñen cómo se puede vivir observando que a la madre (patria) la están violando sin que esto produzca alguna pequeña reacción de indignación. Dígannos cómo se puede vivir en la oscuridad a sabiendas de que alguien les mete la mano en la nevera, luego en los bolsillos, después en la boca y por último en el ano, sin que este vejamen los haga saltar de la ira. Den pedagogía sobre pasividad en medio de tormentas. Ilústrennos sobre cómo sonreír en un gimnasio o cómo bailan reggaetón tranquilos mientras unos pocos se roban el dinero de la educación de nuestros niños y nuestras niñas.
¿Cómo disfrutan un concierto mientras sus hermanos son destrozados con bombas o mientras los dueños del poder se reparten el dinero de los hospitales?
¿Cómo hacen carajo?
¿De qué están hechos?
¿Qué les corre por esas venas?
¿Sangre o cerveza?
Llamado urgente para que salgan del letargo. Despierten, ayuden a construir este país, pongan su parte, como la ponemos los demás, participen en la toma de decisiones. No tienen que dejar de hacer nada de lo que normalmente hacen. Solo tienen que sacrificar un par de horas de un domingo de cada cuatro años, es decir uno de 208 domingos, y acudir con decisión e inteligencia a cumplir esa cita con la democracia que mala o buena nos permite opinar. No voy a sugerirles por quien votar. Voten por lo que crean, si tienen dudas apelen a sus convicciones. Voten por alguien que les genere confianza y que respalde sus propuestas con una hoja de vida limpia y de servicio. Y si no creen en nadie, pues voten en blanco, pero voten. El todo es que voten. Esa conquista le costó mucha sangre a muchos pueblos. Muchos aún no tienen la posibilidad de elegir a sus gobernantes y legisladores. Nosotros que la tenemos no la podemos desperdiciar.
Este es un llamado urgente para que asuman su parte de país que les corresponde. Ustedes tienen hijos, tendrán nietos y tienen la responsabilidad de dejarles un país digno, libre, justo. Ellos son nuestros jueces naturales y tendrán que sentirse orgullosos o avergonzados de lo que hagamos ahora.
Indiferentes, Dios quiera que nunca los toquen los problemas y las tragedias de nuestro nación, pero en la medida en que se mantengan alejados de las grandes decisiones, ese país que ahora ignoran, les puede cobrar por ventanilla su desidia. Esos pobres explotados en su hambre por los políticos y que no encuentran salida, un día van a desesperar y la vida los puede poner llenos de rabia y desesperanza en la misma ruta de sus vidas y sus propiedades. De hecho ya está pasando. ¿Cuántos de ustedes no han sido tocados por una tragedia que hubieran podido evitar?
¿Entonces por qué no incidir? ¿Por qué no cumplirle al país y a la democracia?¿Por qué no asumir su rol en la sociedad?¿Por qué no luchar por la educación de esos ignorantes que la injusticia social empuja a la violencia?¿Por qué no poner su creatividad y sus energías al servicio de la solución de los problemas del país?¿Por qué no interesarse en los problemas que vive el familiar, el vecino, su paisano o su compatriota? ¡Hágalo! No tiene nada qué perder, pero sí mucho que ganar.
Amigos y amigas indiferentes, de su despertar depende que avancemos hacia una democracia real, una democracia donde manden las mayorías. Una democracia que castigue al deshonesto y premie al honrado. Algún día impondrán el voto obligatorio y tendrán que votar, a las malas o a las buenas. Qué bello sería que lo hicieran por convicción y no porque una ley se los exige. Piénsenlo. En sus manos está buena parte de la solución. Con su voto el 25 de mayo, podemos derrotar la corrupción que se enquistó en el poder hace siglos y que cada día crece más. Indiferentes, no nos dejen a merced de esos pocos compradores de votos y de conciencias. Apóyenos en esta lucha.
Excelente... Esperemos que le mueva el corazón y la razón a Colombia
ResponderEliminarTodo colombiano honesto y consecuente debe leer este mensaje.
EliminarMe parece que si LOS MEDIOS DE COMUNICACION hacen pedagogia verdadera sobre el significado de los diferentes tipos de votos, incluido el voto en blanco, la gente SALDRIA A VOTAR EN MASA.
ResponderEliminarQuiero dejar esta pregunta: Como hacer que LOS MEDIOS DE COMUNICACION se interesen por ayudar a eliminar los politicos corruptos?
Es fisicamente imposible, pues tal cual como lo hacia Hitler, manejar las comunicaciones de un pais sezgar su información, por eso cada noticiero siempre cumple con los caprichos de alguien atras del telón... ahi tienes a Venezuela como ejemplo.
Eliminarestoy totalmente de acuerdo,pero a esos indiferentes les vale huevo el pais nisiquieran se tomaran el tiempo de leer este llamado para salvar el futuro de nuestras desendencias.
ResponderEliminarGustavo por favor no mas desgaste para el país, votar en blanco es la medida mas fácil y rápida que hay en el país, a los colombianos hay que educarlo para que entiendan que con la democracia tiene el poder de cambiar las acciones de un país no todos los hombres son "perros " ni todos los políticos son corruptos.
ResponderEliminarLa mejor forma de salvar un país es con voto a conciencia, revisando las hojas de vida de los candidatos, castigando al corrupto compara votos, parapolitico, la mafioso.
Estoy con usted con la campaña del CORZOTON esa es la labor de un ciudadano educar su país en política y no darle Pañitos de agua.
La democracia de un país no se puede pasar votando en blanco y no derrotando en las urnas a políticos que se lo merecen.