Pacto Histórico: Ser o no nacer

Por Gustavo Bolívar

 

Por estos días, el Pacto Histórico se debate entre ser un partido democrático, inclusivo y moderno, o nacer como un partido anacrónico con los vicios que padecían los partidos tradicionales el siglo pasado.

Fue el mismo dilema que llevó al Partido Liberal a dos derrotas en el pasado. Una en 1948 y otra en 1982. Hagamos memoria: Indignado porque los candidatos del Partido Liberal a la presidencia se escogían siempre en convenciones amañadas, Luis Carlos Galán, sospechando que de esta manera jamás sería postulado, se separó del Partido Liberal a comienzos de los 80 y montó una disidencia junto con Gabriel Rosas Vega, Rodrigo Lara Bonilla y Enrique Parejo Gonzáles, entre otros políticos de la época: La aventura política se llamó, Nuevo Liberalismo. Con su nuevo partido se presentó como candidato presidencial para las elecciones de 1982 en las que el candidato oficialista, Alfonso López Michelsen, se enfrentaba al candidato conservador, Belisario Betancourt Cuartas.

Esa división le costó al Partido Liberal perder las elecciones. 

Temiendo correr la misma suerte en elecciones venideras, los Jefes liberales intentaron por todos los medios convencer a Luis Carlos Galán para que regresara al Partido oficial. A finales de la década, Luis Carlos Galán aceptó la propuesta de reunificación, pero con una poderosa condición: Que los candidatos a la presidencia del Partido Liberal se escogieran mediante consulta popular, votación directa del pueblo. En 1988, en la convención del Partido en Cartagena, liderada por Julio César Turbay, el Partido cambió sus estatutos y se emplementó la consulta como mecanismo de selección del candidato. Luis Carlos entregó la personería del Nuevo Liberalismo y regresó a las toldas del Partido Liberal.

A la primera consulta, para elegir al candidato liberal a la presidencia en 1990, para suceder a Virgilio Barco, se presentaron Ernesto Samper, Eduardo Mestre, Santofimio Botero, Hernando Durán Dussan y el ideólogo del nuevo mecanismo, Luis Carlos Galán. Según todas las encuestas, Galán ganaría esas primarias con amplia ventaja sobre su inmediato competidor. Solo la muerte podría interponerse en su camino a la presidencia y, efectivamente, un 18 de agosto de 1989, la muerte se interpuso en su camino y truncó sus posibilidades de ser presidente.

Nadie podría saber a ciencia cierta lo que hubiera sido de Colombia si Galán hubiera llegado al solio de Bolívar. A lo mejor hubiera sido más de lo mismo, a lo mejor hubiera cambiado a Colombia. Nunca se sabrá. Lo que si se sabe es que hace 35 años, el Partido Liberal se modernizó y democratizó el acceso a las oportunidades electorales.

En ese tiempo yo militaba en las juventudes rebeldes del Nuevo Liberalismo al lado de Juan Lozano, María Isabel Nieto, Germán Vargas, Alfonso Prada y otro puñado de jóvenes que teníamos la esperanza de cambiar las costumbres políticas en Colombia.

Con el asesinato de Galán, este grupo se diseminó y algunos fueron a parar a la derecha, otros a la izquierda y algunos al centro del espectro político. Yo me quedé haciendo política al lado de Enrique Parejo Gonzáles, ex ministro de justicia, quién debió ser el sucesor natural del inmolado líder. El doctor Parejo fue quien sucedió en el ministerio de justicia a Rodrigo Lara Bonilla. Y casi corre la misma suerte de Lara. Fue abaleado por la mafia de Medellín en la ciudad de Budapest, cuando Hungría aún pertencía al bloque comunista de la cortina de hierro.

Durante el sepelio del líder liberal asesinado, su hijo Juan Manuel Galán, entonces un adolescente, leyó una carta en la que le entregaba las banderas de su padre al hoy presidente del partido, César Gaviria Trujillo, a pesar de que Gaviria jamás perteneció al Nuevo Liberalismo.

Es decir, la consulta es una conquista democrática que cumple 35 años. Ha sido utilizada, discrecionalmente, por partidos de derecha, centro e izquierda. Hoy, aportas de unificar las personerías jurídicas de los partidos que se coaligaron para ganar 51 escaños en el Congreso y para llevar a Gustavo Petro a la presidencia, los dirigentes del nuevo partido debaten los artículos de los estatutos que tienen que ver con el mecanismo por medio del cual el Pacto Histórico, escogerá sus candidatos a las corporaciones públicos y a los cargos de elección uninominal.

Como militante raso que soy hoy del futuro partido, me permito hacer mis respetuosas sugerencias. La primera es que las bases, compuestas por gente de a pie, líderes comunales y de organizaciones sociales, están cansadas de cargar ladrillos para otros, siempre para otros. Además, una generación de jóvenes que se han venido preparando para gobernar y legislar, se están envejeciendo esperando una oportunidad para participar en elecciones. Todo porque hasta ahora, las designaciones han sido hechas desde Bogotá con el bolígrafo de los jefes de los partidos.

Pedirles a las bases ahora que posterguen otros cuatro años sus aspiraciones porque los congresistas actuales tienen derechos adquiridos, es poco menos que una canallada, pero por sobre todo una bomba atómica que hará estallar en mil pedazos el partido, sin que si quiera haya nacido. Muy pocos estarían dispuestos a seguir cargando ladrillos sin que les permitan probarse en la arena electoral.

Así que mi primera sugerencia sería que, en adelante, las listas al Congreso, a las asambleas departamentales, a los concejos municipales y a las Juntas Administradoras Locales se ordenen según el puesto que cada aspirante obtenga en elecciones primarias. Esto garantizaría la cohesión y la buena salud del naciente Partido. Para las elecciones uninominales, alcaldes, gobernadores, presidentes de la República, el mecanismo no podría ser diferente.

El siglo pasado, los partidos Liberal y Conservador escogieron a sus candidatos en conversiones amañadas cuya preferencia recaía siempre sobre algún señorito predestinado, casi siempre el hijo o el nieto de algún expresidente. El todo es que lo escogían por ósmosis o por el cuestionable principio de democracia hereditaria. Por eso Jorge Eliécer Gaitán les montó disidencia, que sirvió para que Mariano Ospina Pérez ganar en 1948 y por lo mismo Galán se les salió de madre, con las consecuencias que ya anotamos arriba.

De cara a presentarle al país un nuevo partido, un partido del Siglo XXI, un partido moderno, un partido democrático, mal haríamos en estatuir, que los candidatos se escojan a ojo o a dedo, como lo hacían los partidos del Frente Nacional el siglo pasado. Eso significaría nacer en el pasado, nacer viejos, nacer con los mismos vicios de los partidos tradicionales que por décadas hemos criticado.

Y aquí viene mi segunda sugerencia respetuosa. Los candidatos o candidatas a elecciones uninominales no se pueden escoger por mecanismo distinto al de la democracia interna, el voto directo de sus militantes, a través de una consulta popular. Primero porque es lo más democrático, razón más que suficiente. Segundo porque el ganador sumará a su campaña los apoyos de los perdedores y esto le suma posibilidades. Caso contrario, los candidatos que no sean señalados por el bolígrafo de los miembros del conciliábulo, se decepcionarán tanto que dudo, trabajen por el “señalado”.

En mi caso personal, que tengo una aspiración inocultable, no estaría dispuesto a participar en el debate si el mecanismo de selección no es el de la consulta. Muchos creerán, por los ejemplos que acabo de ilustrar de Gaitán y de Galán, que en esa eventualidad, me iría a recoger firmas y a montar una disidencia. Se equivocan. Jamás me prestaría para facilitar el regreso de la derecha en 2026. No me perdonaría haber sido el culpable del regreso de quienes nos convirtieron en uno de los cuatro países más desiguales de la Tierra con su directa consecuencia, la violencia casi eterna.

No monto disidencia. El poder no me mata. Sencillamente me margino decepcionado por haber perdido mi tiempo en ayudar a construir un partido donde la democracia brilla por su ausencia. Me voy tranquilo a arar en tierras más fértiles y sensatas.

Reconozco, como reconocemos todos, la jefatura natural de nuestro presidente Gustavo Petro en el nuevo partido. Para decirlo en un tono más franco, los votos son mayoritariamente suyos. En consecuencia, sus sugerencias e instrucciones tienen un peso enorme. Él, en su sabiduría, sabrá como jugarse ese gigantesco capital electoral.


Comentarios

  1. Una gran demostración de amor por su país, apoyo conceptos que permiten una Colombia más equitativa

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  2. Con todo respeto con Gustavo Bolívar, quiero decirle que su escrito tiene una conjugación mágico realista, que nos hace soñar a los dirigentes de antaño de no depender del Kilométrico del PH, partido que le ordenará al Presidente que la fórmula es hacer la lista y los cupos directos ya están definidos, según dicen ya tienen la chapa. Quiero decirle que eso pasa con las listas cerradas, desconocen el voto preferente, porque las consultas de resuelven con el voto preferente y a eso le tienen miedo los actuales representantes y Senadores, que a demás no volvieron a las regiones y esperan que incluyan en una lista cerradas. Señor Gustavo Bolívar el PH se jodio, no pasó la Ley del transfuguismo, por demás una Ley denominada la Ley del camaleón y de esos sí que nadan en las aguas del oportunismo. Le pediré a Dios el Marxista que haga que se cumpla esta plegaria de la democracia.

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  3. 🖕Siy Carlos Rivas

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  4. Saludos. Hoy tenemos una gran guía de éxito en el mundo de cómo se debe configurar el Estado para servicio del Pueblo. De ese ejemplo estamos muy lejos. Hemos visto como el Poder reside por fuera de la figura presidencial. Vemos como aún el Poder tampoco se blinda para el bien común en el Congreso. Ni que decir en las esferas Judiciales. Nuestras instituciones han sido confeccionadas para usarse a favor de grupos élites económicos y políticos. Es en ese pequeño grupo de tradicionales poderosos que reside el poder en Colombia. ¿Alcanzará reforma alguna para cambiar por entero el uso del Estado para que sirva en realidad al Pueblo? Ya lo hemos visto a lo lejos: el Mercado es un muy mal amo, pero es muy buen esclavo. Debemos cambiar primero la esencia de la Democracia en la cual el Mercado sea un sirviente del Estado para que satisfaga las necesidades, ahnelos, superaciones de la sociedad. Aquí aparece la protagonista función del Partido Único. Es mediante la unión de las fuerzas progresistas bajo un mismo objetivo que ese logro puede alcanzarse. Si nos enfocamos a enaltecer aspiraciones individuales (como hoy proclamaron los "influencers" al decir que fundarán otro Partido Politico aparte) no se conseguirá el CAMBIO. No se trata de seguir ciegamente a personajes estelares que desean "Salvar a Colombia". Se trata de un Partido Único donde las decisiones se tomen en mayoría y los representantes en los puestos públicos solo sean quienes apliquen las decisiones tomadas antes. ¿Créen que es muy revolucionaria esta idea?

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  5. Bolivar, yo creo que Ud es el candidato con más posibilidades de suceder a Petro. El problema es que a Petro le están hablando al oído mucha gente que no lo quieren ver a Ud ganar dentro del mismo partido. Ud ya lo debe saber pero la Pizarro es traidora y es capaz de llevarse todo el partido al fracaso electoral con tal de no dejarlo a Ud ser candidato. Ojalá Petro despierte y no se deje manipular más por Benneditti, Roy, Santos y los demás.

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    1. Interesante su columna Gustavo, hay qué insistir en procedimientos de participación abierta, donde el bolígrafo no funcione y que los candidatos se comprometan a cumplir c reglas mínimas, el que pierda en franca líder, apoya fervientemente la lista o la formula presidencial

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  6. Para que estos cambios echen raíces y perduren en el tiempo, es necesario que también florezca una nueva forma de ser y de actuar, basada en niveles de conciencia más elevados.

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  7. Gustavo: usted es una de las personas honestas de este país. Un político como se han visto aquí. Espero que el Presidente (que también es un buen político) sepa elegir el mecanismo para seleccionar el candidato que continúe con el cambio que se requiere.

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  8. de acuerdo G. Bolívar. sin democracia no puede haber cambio....y sin cambio tampoco puede haber democracia, de ahí la necesidad radical de dar el "salto al vacío" que dimos en el M, con el Dialogo y producto de ello la entrega de las armas y la desmovilización que culmino con la Nueva Constitución Política de este pais...tenemos que utilizar l inteligencia, la disciplina, la dignidad y la fuerza del pueblo o constituyente primario para dar cumplidos en este propósito.

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  9. Gustavo Bolivar es un compañero de siempre, excelente candidato. Junto con los otros compañeros, deben ir a CONSULTA POPULAR y el ganador recibir el apoyo de todos. Es la unidad en torno a nuestro pueblo y sus intereses lo que nos dará el triunfo en 2026, congreso y presidencia.

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  10. Jairo Quijano uwaquijote@gmail.com18 de mayo de 2025, 18:23

    Gustavo Bolívar, pienso, que ud será muy importante para que nosotros le exijamos a Gustavo Petro, que el pueblo lo irá a reelegir otros 4 años más. Él debe hacer, lo que el pueblo quiere. Lo queremos REELEGIR y ud debe ayudarnos.

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  11. Buen análisis,es el método más Democrático,pero se debe estatutizar que sea ese el mecanismo para todas las aspiraciones electorales tanto en el escalón más bajo como el más alto de la DEMOCRACIA

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  12. Claro que todos los candidatos tienen que arriesgar en la consulta para integrar la lista cerrada, inclusive los que ahora fungen como sensores, representantes, diputados y concejales y ediles.
    Así se queden por fuera algunos líderes y dirigentes muy capaces y honestos, pero ya es hora de cambiar, porque si no, seguiremos con las iglesias políticas; el futuro del Pacto está en las primarias. Póngale la Firma.

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  13. Como toda propuesta si pero no tan rápido creo que se debe convinar es decir unos deben continuar y otros deben asumir otras tareas en sus territorios ejemplo Lopez Alexander debería aspirar ala alcaldía de Cali o ala gobernación del valle no podemos seguir con miedo,se debe aspirar en todos los cargos elegidos por voto popular con buenos candidatos usted sabe que los hay no permitir infiltrados consultar con las bases

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