SI LA DERECHA VUELVE EN 2026

 Si la derecha vuelve en 2026.

Por Gustavo Bolívar Moreno

 

Colombia es hoy, según varios rankings, uno de los tres países más desiguales del planeta. Esta semana apareció en el primer lugar en la página OurWorldInData.org/economic-Inequality y en junio había aparecido tercero, después de Namibia y Surafrica en un ranking elaborado por la ONU. Tomemos cualquiera como referencia. Lo sustancial es que somos una de las sociedades donde la brecha de desigualdad es más enorme entre 202 naciones.

Esa desigualdad que se mide en índice Gini, fue lo que recibimos en 2022 y que, por la férrea oposición del Congreso, por la lentitud y politización de la Corte Constitucional o por las demandas contra las reformas sociales no hemos podido revertir significativamente.

Un país con una desigualdad tan aberrante, jamás, nunca, puede aspirar a vivir en paz. Pero esto es algo que al parecer no les preocupa a las élites políticas y empresariales a juzgar por el desprecio con el que miran cada proceso de paz que se emprende en Colombia. De hecho, muchas de esas élites financiaron la Campaña del “No a la paz” en 2016 donando gruesas sumas de dinero al Centro Democrático, líder y posterior ganador de esa campaña.

Está falta de empatía tiene un origen: vivimos en un país donde la violencia poco se siente en las ciudades donde tienen sede esas empresas y donde viven esos empresarios, sin contar los que viven fuera de Colombia. Y los que viven en ciudades de Colombia, andan con esquemas de seguridad y en carros blindados, muchas veces suministrados por el propio Estado. Por eso a estas élites poco les importa lo que sucede en los territorios olvidados donde se vive la violencia real. ¿Qué les importa la moto bomba en Toribío, o la masacre en Tibú o el asesinato de líderes sociales en los Montes de María o el cilindro bomba sobre Caloto? ¿Qué les importa? Nunca lo sienten. Por eso no les importa acabar con la desigualdad y por eso se atraviesan a cada proytecto del gobierno del cambio tendiente a superar esa injusticia social.

Aquí ya hay dos conclusiones importantes: Una, que no les importa la desigualdad social así esta sea la causa estructural de la violencia y dos, que no les importa la paz porque muy difícilmente son tocados por la violencia.

Sin embargo, contra viento y marea, a pesar del golpe blando que inició el mismo día en que se posesionó Gustavo Petro, hemos avanzado. Hay casi dos millones de pobres menos, hay más de millón y medio de viejitos que viven en pobreza extrema, con tres platos de comida en sus mesas; hay 46 mil madres comunitarias que tendrán una pensión, hay casi cien mil soldados de la patria, todos pobres, todos pueblo, que multiplicaron ocho veces su ingreso al pasar de recibir 200 mil pesos, en anteriores gobiernos a $1.6 millones en enero próximo; hay miles de familias campesinas que se han vueltos propietarios de la tierra. Y todos estos logros, justamente, los que desaparecerán si permitimos el regreso de la derecha.

Lo primero que desaparecerá es el bono pensional. No hace falta decir mucho: Paloma Valencia, una de las aspirantes a la presidencia, ha demandado dos veces la Reforma Pensional que debió haber entrado en vigencia en julio de este año. Haciendo un gran esfuerzo fiscal y para no jugar con la comida de los más pobres el presidente Petro ordenó empezar a pagar el bono de 230 mil pesos a mujeres mayores de 70 años y hombres mayores de 75, pero la reforma contempla esos pagos a mayores de 60 años. Por eso no se llega aún a los 3 millones de beneficiarios.  

Lo segundo que, con toda seguridad desaparecerá, es el millón de hectáreas de tierra fértil que el gobierno está entregando a los campesinos más pobres de Colombia. Ya se sabe cómo les va a los campesinos en gobiernos de derecha. En el pasado fueron expropiados a sangre y fuego de seis millones de hectareas bajo la complicidad del Estado que patrocinó a los grupos paramiliatres que cometieron la mayoría de las masacres y desplazamientos. Pues en un gobierno de alguien que ha prometido llegar a destripar a la izquierda, es muy fácil suponer que vendrá un empoderamiento del paramilitarismo y una desprotección a nuestros campesinos que desembocará necesariamente en que esas tierras volverán a manos de los paramiliatres y los clanes políticos regionales (tenientes de buena fe) que a la final terminan siendo los beneficiarios.

Otra cosa que disminuirá es el poder adquisitivo de los trabajadores que en este gobierno han visto elevar sus salarios en un 37.5% y que, con el alza que se decretará en diciembre, puede llegar a 45%. Esto ha traido más bienestar a las familias más pobres y, aunque no lo reconozcan los gurús de la economía de derecha, más empleo, por una simple y lógica ecuación: a mayor ingreso real de la masa, más consumo, a mayor consumo, mayor producción, a mayor producción mayor mano de obra empleada. Por eso el desempleo descendió a su más bajo nivel en 25 años. Hoy se sitúa en 8,2% cuando lo recibimos en casi 11 puntos. Pues la derecha que se asusta cada diciembre cuando Petro les sube el salario a los trabajadores varios puntos por encima de la inflación, volverá con su tacañería de siempre a regatear cinco mil o diez mil pesos de más en el salario mínimo de quien contribuye a generar su propia riqueza.

Y, aunque lo nieguen, porque son negacionistas de toda causa progresista, el haber puesto más plata en el bolsillo de millones de trabajadores ha traído como consecuencia un incremento significativo del consumo. Este año se baten récords de motocicletas vendidas (un millón), y el comercio reporta incremento en las ventas del 17% en julio. Las ventas de autos volverán a niveles prepandémicos y la cámara de comercio reporta nivel récord de nuevas empresas, unas 900.000 según el RUES, (Registro Unico Empresarial y Social) en los últimos tres años, aunque para los medios la noticia sea el cierre de unas cuantas.

Esto desde luego ha contribuido al enorme crecimiento de la industria y del sector del comercio este año. Las cifras hablan por sí solas. La bolsa de Colombia llegó al récord de 2.000 puntos lo que significa un crecimiento de más del 40%, una de las de mayor crecimiento en el mundo. Es decir, un inversionista con un capital en acciones de mil millones, hoy tiene en su cuenta 1.400 millones. Eso no solo no convirtió a nuestros ricos en pobres quebrados y expropiados, como lo vaticinaban en campaña, sino que los ha enriquecido exponencialmente, más que en cualquier gobierno de derecha.

Para la muestra varios botones. El grupo Argos reporta ganancias del 47% para sus accionistas en 2025, el grupo Nutresa, hasta junio ya había vendido 10.5 billones; el Grupo Éxito registró en el primer semestre las mayores utilidades en 10 años, y, y las pequeñas y medianas empresas, según Super Sociedades, reportaron ingresos en 2024 por 99.5 billones, una cifra igual a la que ganará el sector financiero este año porque ya en junio reportaron utilidades por 57 billones de pesos.

Agreguémosle a este hermoso panorama, que tiene desconcertados a los candidatos de derecha por cuanto no tienen por donde volver a posicionar la narrativa del castrochavismo, que las exportaciones crecieron en un 11,1% y que las exportaciones agropecuarias crecieron 29% en septiembre. Súmenle a esto que AVIANCA volvió a poner en negro sus cifras después de 10 años, con un aumento del 32% en el flujo interno de pasajeros, que el turismo pasó de 4 millones de visitantes no residentes antes de 2022 a casi 8 millones en este gobierno y que el crecimiento proyectado para este año es del 2,6%, cuatro puntos por encima del crecimiento promedio de Latinoamérica.

Ah… Y la inflación controlada y el dólar sobre los $3.700. Jaque mate.

Como lo ven, es mucho lo que se puede perder con el regreso de la derecha, especialmente en el pago de la deuda social y el recorte de brechas de desigualdad. Es el millón de cupos gratis en las universidades, la exitosa transición energética que se está llevando a cabo. No es solo el cierre de la frontera con Venezuela afectando el revitalizado comercio de Cúcuta y sus alrededores. Es mucho más. Es la desactivación de un nuevo estallido social atacando las causas estructurales de la pobreza. Porque no vinimos a acabar con el capitalismo, vinimos a humanizarlo y Colombia lo sabe. Los empresarios también lo saben, pero no lo reconocen, no les conviene porque sus amigos pierden las elecciones. Los hechos desmienten con datos a quienes consiguen votos asustando a la gente, a los que siembran mentiras para desalentar a los electores indecisos, a quienes arman incendios para después vender extintores en época electoral.

El pueblo no es tonto. Esos 2.7 millones de votos del 26 de octubre y ese 44% de popularidad del presidente Petro en su ultimo año dicen muchas cosas, mandan mensajes que afortunadamente la derecha no ha sabido leer.  El más importante, que estamos a 7 puntos de ganar en primera vuelta.

 

ÑAPA: Quedamos debiendo en lucha contra la corrupción. Es algo que me causa una profunda decepción, pero nos quedan nueve meses para llevar a la cárcel a quienes se aprovechan de la confianza del presidente para enriquecerse con el dinero de nuestros impuestos.


Derechos de autor: Se permite la reproducción de esta columna. 


Comentarios

  1. Gustavo Bolívar, mis respetos, le he admirado, siempre se dé su intelectualidad y honestidad, como un gran representante social y como escritor, que ha demostrado el gran sentido de la observación del ser, para escribir los comportamientos humanos, que aun guardan en los laberintos de su conciencia, la deshonestidad las aberraciones, las cuales demuestran el desprecio a las vidas humanas. Y como escritor, el cual soy un poco conocido, con mi seudónimo, “bernapuerta” Le envió un poema de un gran exponente del pensamiento filosófico poético
    EL CIELO DE OTROS
    Eres el faro que resiste la tormenta, la tierra firme donde el miedo se detiene. En tus manos, el mapa de mil vidas ajenas, y en tu voz, el eco de todos los "síes" que diste. Te han hecho catedral, pilar de la estructura, sin notar que el mármol también siente el peso. Tu corazón, un pozo de agua clara y pura, donde sacian la sed sin preguntar el precio. Ellos beben del sol que en tu pecho se enciende, y cuando el cielo es azul, olvidan el invierno. Solo al crujir de tus fuerzas, el eco se extiende, y vuelven a buscar tu refugio eterno. Pero el alba te llama a otros horizontes, donde el silencio no sea la pausa entre el reclamo. Que tus pasos resuenen lejos de esos Montes, y que el amor que das, por fin, sea el propio tuyo. Yo seré el viento que empuje tu partida, la promesa firme de un puerto solo tuyo. Deja atrás la cosecha de una vida malherida, y recoge el fruto de tu propio orgullo. Que el juicio de quien no vio tu sacrificio, se apague al ver tu vuelo, libre y sin ataduras. Tú huella será el camino, no el sacrificio, y tu paz, el milagro de tus propias alturas. DTR Darío Torres Ramírez

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  2. Bolívar será presidente en 2030

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  3. Me llama la atención que Gustavo Bolivar sea una persona luchadora por el cambio sin pedir nada a cambio. De este tipo de personas hay muy pocos. Personas con una inclinación como la suya era lo que Jesucristo predicaba.
    Dos cosas son muy importantes para nuevamente ganar las elecciones de 2026 y contundentemente:
    1 Lograr que los seguidores del cambio vayan a las mesas de votación
    2 Enseñarles a los votantes que deben reclamar 3 tarjetones; uno para presidencia, uno para Senado y uno para Cámara del departamento donde vota. Y en todos votar por el Pacto Histórico.

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  4. Bolívar por estar con petro los gringos lo van joder…lo que por agua viene por agua se va…volverá a ser pobre

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